El futuro del euro, en manos de los votantes finlandeses

Internacional

El futuro del euro, en manos de los votantes finlandeses

Es una de esas ecuaciones curiosas. La divisa comunitaria, de la que dependen 330,9 millones de personas, está en manos de tan sólo 5,3 millones. Puesto en otras palabras: está en manos de la población de Finlandia, que el próximo domingo acudirá a las urnas para elegir a sus nuevos gobernantes, entre los que destaca el partido nacionalista True Finns (Finlandeses Verdaderos). El líder de esta fuerza política, que ha experimentado un ascenso meteórico desde los últimos comicios (2007), es el carismático Timo Soini, que ya ha anunciado que no formará coalición con ningún partido que pretenda participar en el inminente rescate portugués.

Esta formación política, que en las elecciones de 2007 recibió un 4,1% de los votos, ahora contaría según las últimas encuestas con un apoyo de entre el 16,9% de las papeletas y el 18,4%. Cifras que están en consonancia con las que espera cosechar la coalición que ha gobernado el país en los últimos años; el Partido Nacional de Coalición (20,2%) y el Partido Centrista (17,9%). La principal fuerza de la oposición, el Partido Social Demócrata, contaría con un 18% de las papeletas.

Los dos primeros partidos han mostrado su disposición a pactar una coalición con Soini, pero desde True Finns han dejado claro que cualquier voluntad de garantizar la estabilidad del euro o cualquiera de sus países a base de poner más dinero no será bien recibida. Es decir, que un Gobierno en el que estén ellos no aceptará negociar sobre futuros paquetes de ayuda o incrementos en el presupuesto de los mecanismos de rescate.

Las tres fuerzas políticas tradicionales han decrecido en su popularidad según estos estudios y en comparación, siempre, a las últimas elecciones. Mientras que True Finns ha alcanzado un apoyo sin precedentes que, según los expertos, responde en buena medida a los rescates que en 2010 tuvieron lugar en Grecia e Irlanda para evitar la quiebra de ambos países. Estas ayudas fomentaron el descontento de la población.

Helsinki decidió enviar 1.480 millones de euros a Atenas, además de participar en las ayudas remitidas a Dublín. También se ha comprometido con 8.000 millones de euros al Fondo de Rescate Europeo Temporal (EFSF, por sus siglas en inglés) que, en teoría, será aprobado el próximo junio y con 12.580 millones de euros al Fondo de Rescate Permanente (ESM) que sustituirá al primero a partir de julio de 2013.

La formación nacionalista se ha posicionado en contra de esta política europeísta, y por eso ha despertado las simpatías de una parte importante de los votantes en el país nórdico, que ve cómo su bienestar decae por culpa de la crisis de deuda y sus consecuencias.

Finlandia es uno de los países de la zona del euro que cuenta con la máxima calificación de las agencias de rating –triple A-, su déficit es del 2,5% del PIB y su deuda pública representa menos del 50% del PIB. Con estas cifras ejemplares es, según muchos analistas financieros, un ejemplo a seguir. Y una referencia en Bruselas. Por ello, de negarse a negociar un rescate con Lisboa, el conjunto de la ayuda podría llegar a peligrar.

Y precisamente, ha sido en Helskinki donde el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, dijo ayer que Portugal debe asumir responsabilidades mientras adelantó que muy probablemente Estocolmo no costeará parte del rescate que necesita, como sin embargo sí hizo con Irlanda (en donde sus bancos mantenían una fuerte exposición a las finanzas locales). Ahora las miradas se han posado sobre el Reino Unido.

Ni Suecia ni el Reino Unido, como tampoco Dinamarca, utilizan la divisa comunitaria. Y por lo tanto no están sujetos al compromiso de salvar la divisa comunitaria, como sí lo están (supuestamente) los Diecisiete. Pero si deciden colaborar como ya hicieron con Dublín, por ejemplo, la factura enviada a Bruselas será bastante menor.

No obstante, en el rescate de Irlanda estos tres países decidieron colaborar para sacar a flote el entramado financiero del Tigre Celta. ¿Por qué? Aunque el mandatario sueco haya asegurado que todo depende de las medidas de austeridad de cada país son las que determinan la posición del país nórdico, muchos expertos hilan bastante más fino y hablan de lo que se juegan sus bancos en cada país.

En Irlanda, según las cifras del Banco Internacional de Pagos (BIS), la banca europea se jugaba bastante más de lo que se juega en Portugal o de lo que se jugaba en Grecia. Por este motivo, dicen, Estocolmo otorgó a Dublín 600 millones de euros el pasado mes de noviembre y en mayo de 2010, cuando hubo que enviar ayudas a Grecia, se abstuvo. Como probablemente sucederá con Portugal.

Más información