Angela Merkel, la canciller de Alemania, ha sufrido una grave derrota electoral que puede sumarse a la cosechada en Hamburgo a principios de marzo. El estado de Baden-Württenberg, feudo de los democristianos desde hace décadas, será controlado a partir de ahora por Los Verdes, en coalición con los socialdemócratas (SDP).
Los analistas políticos consideran que el debate antinuclear surgido a raíz de la crisis que atraviesa Japón ha sido una de las claves para que la CDU de Merkel, junto a sus aliados liberales (FDP), hayan obtenido tan sólo un 44,3% de los votos frente al 47,3% logrado por la coalición progresista.
“Las horribles imágenes y los horribles acontecimientos en Japón fueron el principal tema en las últimas dos semanas”, dijo el primer ministro del derrotado estado de la CDU, Stefan Mappus. “Esta es una victoria histórica”, dijo Winfired Kretschmann, de 62 años, líder de los Verdes en Baden-Württenberg.
Más allá del debate antinuclear, que no ha podido eludir Merkel a pesar de haber intentado cambiar de política energética en las últimas dos semanas para evitar un resultado como el de ayer, otra de las causas por las que la canciller democristiana no atraviesa un buen momento es por su postura en Europa.
Aunque para muchos países de la zona del euro Alemania se muestre recelosa a la hora de ayudar a otros países a superar sus dificultades financieras, desde el país centroeuropeo sus ciudadanos observan cómo Berlín ha colaborado en el rescate primero de Grecia (mayo de 2010) y luego de Irlanda (noviembre de 2010), además de ver cómo la ampliación del nuevo Fondo de Rescate Europeo (EFSF), de carácter permanente a partir del año 2013, también supondrá un coste importante para la economía centroeuropea.
De hecho, la ampliación de este mecanismo iba a ser anunciada el pasado viernes 25 de marzo. Sin embargo, desde Alemania se presionó para que la negociación en torno a los plazos de la ampliación se retrasase hasta junio. Pero tampoco ese movimiento de última hora ha impedido la derrota electoral en un estado de 11 millones de habitantes que llevaba decantándose por la derecha moderada desde 1953.
A lo largo de 2011 la mitad de los votantes alemanes están llamados a las urnas para elegir a sus líderes regionales. Los analistas políticos explican que este ejercicio podría suponer la tumba política de la canciller si los resultados electorales se asemejan al cosechado ayer. No obstante, dentro de la propia CDU no parece existir, de momento, una alternativa fuerte a Merkel.
En Francia, el Partido Socialista, principal partido de la oposición, fue el vencedor de elecciones departamentales celebradas también ayer y el Frente Nacional de extrema derecha también alcanzó cifras importantes en un revés para el presidente Nicolas Sarkozy, cuando falta un año para hacer frente a una reelección.
Con más de 80% de los votos escrutados, la izquierda obtenía un 36%, el doble del gobernante partido conservador UMP con 18,6%, dijo el Ministerio del Interior. El Frente Nacional, que ha subido en los sondeos de opinión bajo la nueva líder Marine Le Pen, tuvo un 11%.
