Y, efectivamente, Trump y Clinton tomaron Manhattan

Primarias EEUU

Y, efectivamente, Trump y Clinton tomaron Manhattan

Manhattan

El multimillonario y la exsecretaria de Estado recuperan su favoritismo, un tanto difuminado en las últimas primarias y que habrán de confirmar en menos de una semana Apuntábamos ayer a Jay-Z como el hombre que, sin saberlo, mejor había descrito, incluso años antes de celebrarse, las primarias que ayer tuvieron lugar en Nueva York. Y precisamente al ritmo de «Empire State of Mind» salió Hillary Clinton a celebrar sus resultados de anoche. Aunque tanto ella como Donald Trump, bien podrían haberlo hecho bajo la canción de Leonard Cohen: Primero Manhattan y después… Washington D.C.

O al menos la disputa por la Casa Blanca que, de nuevo, se presenta como el asunto que habrá de centrar toda su atención de forma inminente. Después de una semanas de derrotas en estados relativamente menores, pero suficientes para levantar dudas; Trump y Clinton necesitaban ganar anoche para reafirmar su favoritismo en sus respectivas carreras hacia la nominación republicana y demócrata. Y vaya si lo hicieron.

La exsecretaria de Estado se hizo con un 57,9% de los votos frente a un 42,1% del senador por Vermont, Bernie Sanders. De esta forma, según las estimaciones del New York Times, Clinton habría incrementado su ventaja en 33 delegados adicionales, al anotarse 139 frente a los 106 de Sanders.

Pero lo mejor de todo para ella es que, una vez más, se ha confirmado que está consiguiendo aglutinar en torno a su candidatura a una ‘coalición’ muy similar a la que llevó a Obama a la presidencia. La conocida como ‘coalición Obama’. Es decir, a una agrupación de votantes que reúne a los grupos de población de mayor diversidad racial y a las clases medias y altas. Así, la exsecretaria de Estado consiguió apuntarse sus mejores resultados simultáneamente en lugares tan diferentes entre sí como El Bronx o Manhattan con cerca del 70% de los votos.

Mientras que, por lo que se refiere al partido del elefante, Donald Trump se habría apuntado el 60,5% de los votos de republicanos registrados en el conjunto del Estado, frente al 25,1%% de John Kasich y el 14,5% de Ted Cruz. O lo que es más importante, la práctica totalidad de los delegados. A falta de tres por asignar, el magnate neoyorquino se ha anotado 89, frente a Kasich que ha conseguido tres. Ninguno por tanto, de momento, para el senador por Texas, principal rival del neoyorquino en estas primarias.

Y eso que, como señalábamos ayer, por contraintuitivo que pareciese, no había sido mal intento que Cruz intentase focalizar sus esfuerzos en El Bronx ya que allí tan sólo 604 votos bastaron a Trump para anotarse los tres delegados que correspondían al distrito. Pero, la verdad, es que el senador por Texas se había encargado de cavar su propia tumba en el conjunto del Estado mucho antes, con su desafortunada manifestación de oposición a «los valores neoyorquinos».

Tanto es así que incluso Ben Carson, que hace meses que se retiró de la carrera, consiguió superarle en algunos lugares de votación:

Aún así, es probable que los resultados de anoche correspondan en realidad a mucho más que a errores puntuales. Como en verdad lo estarían siendo todas las primarias. Una vez más, estaríamos ante la ‘realidad demográfica’. Superada una parte del calendario más favorable para Cruz (y en el lado demócrata para Sanders) por la composición de población de los mismos, volveríamos, así, ahora a una serie de primarias en las que Trump y Clinton recuperarán inevitablemente su favoritismo al no exister margen para cambios significativos en los grupos de apoyo de cada candidato.

De ser así, después de unos días en los que probablemente se han sobrevalorado las posibilidades de una convención dividida, Trump podría llegar aún a logar el 50% de los delegados. Aunque por si acaso, el multimillonario, que en un aparente cambio de estrategia ha moderado sus declaraciones altisonantes en los últimos días, se encargó anoche de dejar algún recado al aparato de su partido.

El magnate dejó claro que si la Convención Nacional Republicana sirve para apartarle de la nominación tras llegar en primer lugar en número de votos y de delegados, hará todo posible para que quienes han apoyado a su candidatura no voten a quien saliese en su lugar como candidato del partido conservador.

Una amenaza a la que, por otra parte, no parece faltarle pólvora ya que, según las encuestas que ayer se dieron a pie de urna, más de un 40% de los participantes en las primarias republicanas se abstendrían de votar por Ted Cruz si él fuese el elegido. Claro que un 21% afirmó que tampoco votarían por Trump.

En cualquier caso y por el momento, esto son especulaciones. Pero el panorama estará mucho más claro en tan sólo seis días, con la celebración de cinco primarias adicionales. Una nueva fecha en la que, de confirmarse, las tendencias que anoche se pusieron de relieve y aquí señaladas, Clinton y Trump volverán a demostrar que, efectivamente, «si lo logras en Nueva York, puedes hacerlo en cualquier sitio».

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