En libertad dos periodistas españoles arrestados en Macedonia mientras seguían a refugiados

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En libertad dos periodistas españoles arrestados en Macedonia mientras seguían a refugiados

Policía con refugiados en Macedonia

Los corresponsales mostraban cómo un grupo de 2.000 refugiados cruzaba un río en el que murieron tres de ellos. Tras trece horas en una comisaría en Macedonia, los dos periodistas españoles detenidos por seguir la ruta de unos 2.000 refugiados que ayer entraban al país están ya en libertad y de vuelta a Grecia. Así lo han confirmado ambos reporteros, Ane Irazabal y Alberto Sicilia, en sus cuentas de Twitter.

Aunque no están acusados de ningún delito, fueron detenidos alrededor de 80 periodistas y voluntarios durante el día de ayer y trasladados a la comisaría de Gevgelija. Deberán hacer frente a una multa administrativa de 250 euros por cruzar ilegalmente una frontera, y no podrán volver a Macedonia en los próximos seis meses.

Los periodistas y voluntarios acompañaban a un numeroso grupo de refugiados que, atrapados en su travesía desde Grecia intentaron cruzar a Macedonia, donde el Ejército les detuvo. Según informan hoy varios reporteros en la zona, los refugiados serán expulsados a Grecia, un nuevo paso atrás en su camino por Europa del Este.

Dos de los miembros del gurpo de reporteros eran la enviada especial de Euskal Televista Ane Irazabal y el corresponsal de La Sexta Alberto Sicilia. El arresto del segundo a manos del ejército macedonio se observa en este vídeo publicado en Twitter por otro compañero:

Asimismo, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha indicado que entre los detenidos figuran el videoperiodista Mikel Konate, el periodista gráfico Javier Bauluz y el cámara de La Sexta Mariano Burattini. A última hora de la tarde se desconocía el paradero de la reportera de La Sexta Elena Herreros, según datos de la ONG.

Poco antes de ser detenidos, los periodistas mostraban cómo el grupo de refugiados trataba de cruzar el río Suva Reka. Un episodio que dejó imágenes dramáticas y donde tres refugiados habían muerto previamente. En sus imágenes se podía observar el cansancio y la tensión de los refugiados, que se ayudaban unos a otros a no sucumbir a la corriente del río mediante una cuerda, por la que también tenían que cruzar cientos de niños.

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