Tsipras anuncia la puesta en marcha de medidas de control de capitales y el cierre de sus bancos. Grecia cerrará sus bancos para evitar un colapso financiero después de que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera congelar este domingo los préstamos de emergencia al país heleno. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha anunciado esta tarde en un discurso en televisión la puesta en marcha de medidas de control de capitales en todo el país, comenzando por el cierre provisional de los bancos.
El Consejo de Estabilidad Financiera griego ha recomendado establecer un límite de 60 euros a la retirada de efectivo en los cajeros automáticos de los bancos griegos a partir del martes. El lunes los cajeros permanecerían cerrados, según una información a la que ha tenido acceso Reuters. Las tarjetas bancarias de entidades extranjeras seguirán funcionando con los límites que hayan fijado estos mismos bancos.
Según asegura Financial Times, que cita fuentes oficiales, el cierre podría durar varios días. El diario Kathemerini informa de que los bancos cerrarán hasta al menos el próximo 5 de julio, día del referéndum.
Tsipras ha acusado al BCE de obligarle a tomar esta decisión y ha realizado una llamada a la calma al garantizar la seguridad de los depósitos de los ciudadanos griegos.
El consejo de gobierno de la institución que preside Mario Draghi ha limitado la cantidad de dinero disponible en el nivel establecido el pasado viernes. El BCE consideraba estos fondos insuficientes para las necesidades de los prestamistas y algunos medios ya aventuraban este medio día que Grecia debería imponer controles de capital. Sin embargo, el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, había negado esta posibilidad.
En un comunicado, el BCE aseguraba que está dispuesto a reconsiderar esta decisión y que se compromete a «trabajar estrechamente» con el banco central de Grecia para mantener la estabilidad financiera.
Desde que Syriza llegara al poder en Grecia los bancos del país han sufrido una fuga de depósitos de 30.000 millones de euros. Los depositantes han reaccionado así en medio de la disputa que mantiene Atenas con sus acreedores y que ya dura cinco meses.
Si finalmente no hay un acuerdo el programa de rescate expirará el próximo martes y Grecia no tendría acceso a los 7.200 millones que tiene pendientes de cobro. Además, ese mismo día, el país heleno deberá abonar 1.500 millones al FMI.






