El Vaticano quiere ofrecer un servicio de 24 horas de emisión en varios idiomas para mantener un flujo de información constante. La reforma de los medios de comunicación ha llegado hasta el Vaticano. Sus secciones de comunicación y prensa quedarán organizadas bajo un nuevo dicasterio, apoyado en una integración gradual de sus instituciones, como Radio Vaticana, el periódico L´Osservatore Romano y el Centro Televisivo Vaticano.
Gracias a los informes presentados por McKinsey, la agencia de consultoría internacional, y por las anteriores comisiones de Chris Patten, exdirector de la BBC, quien trabaja ya desde hace un año en la reforma, se ha podido organizar este proyecto que podrá ponerse en funcionamiento en los próximos cuatro años, según ha explicado el portavoz oficial, padre Federico Lombardi, encargado de dirigir el departamento de prensa.
El objetivo perseguido es la garantía y el amparo de todo el personal que trabaja en las oficinas de comunicación de la Santa Sede que también cuenta en su departamentos con una sala de prensa, un servicio fotográfico, una librería editorial, una tipografía y un servicio de internet propios.
Esta modernización llega con la idea de hacer de los medios de comunicación de la Iglesia un servicio más eficiente y hacer una adaptación a las técnicas y digitales más contemporáneas. Todas estas medidas se quieren poner en marcha con un recorte presupuestario de 70 millones de euros en lo que respecta a los medios de comunicación, lo que conlleva inevitablemente a una reducción de la plantilla, en la que trabajan unos 600 periodistas, aunque el portavoz es consciente de esta condición y la considera una “propuesta poco adecuada desde el punto de vista ético”.
