Los buenos datos del paro británico refuerzan la posición de Cameron frente al UKIP

Reino Unido

Los buenos datos del paro británico refuerzan la posición de Cameron frente al UKIP

David Cameron, primer ministro de Reino Unido

El ‘premier’ conservador ha conseguido situar la cifra de desempleados por debajo de los dos millones de personas por primera vez desde el inicio de la crisis. El primer ministro británico, el conservador David Cameron, ha conseguido este miércoles un arma arrojadiza contra sus oponentes políticos, y especialmente contra el euroescéptico UKIP, al lograr que el Reino Unido registre, a fecha de agosto, menos de dos millones de parados. Una cifra que no se veía en las islas desde el comienzo de la crisis financiera.

De este modo, y según los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas británica, el Reino Unido cerró la época estival con 1.970.000 desempleados, o un 6% de la población activa. Las estimaciones otorgaban al Gobierno un paro no menor al 6,1% de la población. En términos interanuales la diferencia es sustancial: ahora hay más de medio millón de parados menos que en agosto de 2013.

A Cameron estas cifras le suponen un respiro, y por eso no ha tardado en declarar ante los medios de comunicación que “nuestro plan [el del Gobierno] está funcionando, aunque todavía queda trabajo por hacer”. Además, también llegan en un momento oportuno, justo después de conocerse a través de una encuesta que alrededor del 25% de los ciudadanos británicos tiene la intención de votar por el UKIP en las próximas elecciones generales, planeadas para celebrarse en el 2015.

El UKIP (son las siglas del Partido de la Independencia del Reino Unido) revolucionó el escenario político local cuando el pasado mes de mayo arrasó en las elecciones europeas al conseguir 24 diputados para el Parlamento Europeo, de los 73 escaños que le toca ocupar al Reino Unido en total. Su líder, el carismático Nigel Farage, busca que el país abandone la Unión Europea porque sostiene que el proyecto continental lastra el desarrollo del país y permite, además, la llegada de una inmigración extranjera que las islas no podrían, en su opinión, absorber.

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