La gran banca de inversión se lanza a negociar con los ‘fondos buitre’ para salvar su negocio en Argentina

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La gran banca de inversión se lanza a negociar con los ‘fondos buitre’ para salvar su negocio en Argentina

Oficinas de Citigroup

No sólo los ‘fondos buitre’ se la juegan con la deuda de Argentina. Cuatro grandes entidades ya han dado un paso al frente para negociar una salida al impago. La entrada de Argentina en impago de deuda ha hecho saltar todas las alarmas en los grandes bancos internacionales de inversión. Cuatro gigantes globales ya han dado un paso al frente y se han presentado como mediadores entre el Gobierno de Cristina F. de Kirchner y los ‘fondos buitre‘ estadounidense para salvar sus negocios en el país austral.

Se trata de Citigroup, Deutsche Bank, HSBC y JP Morgan. Según han publicado varios portales económicos argentinos, estos cuatro gigantes habrían unido fuerzas para limar asperezas entre Buenos Aires y sus bonistas con el objetivo de fondo de evitar la fatídica declaración oficial de impago, una situación que daría al traste con las carteras de inversión en deuda soberana argentina de muchos fondos internacionales, especialmente en aquellos focalizados en Latinoamérica. El protagonismo del último de este grupo es especialmente significativo, pues junto con Bank of New York Mellon es una de las dos entidades depositarias de la partida económica que el juez Griesa mantiene bloqueados de distribución hasta que se resuelvan las disputas con los fondos especulativos.

La entrada en impagos de Argentina supondría la calificación de su deuda soberana como ‘D’ para las grandes agencias de rating, lo que supondría su forzosa salida de las carteras de inversión de los fondos que hasta ahora mantienen posiciones en la renta fija del país. Un duro golpe que de momento han esquivado con la declaración de ‘impago selectivo’ por la que hasta ahora se han decantado las calificadoras. No sólo eso, sino que los grandes del sector financiero global han conseguido hacer doble negocio con la confirmación de «evento de crédito» que ayer mismo reconocía la organización internacional en la que se integran, ISDA, y que ayer activó el cobro de los seguros contra impago, más conocidos por sus siglas en inglés CDS, de credit default swaps.

Mientras las negociaciones se prolongan y las partes parecen cada vez más incapaces de formalizar un acuerdo por sí solas, uno de los nombres propios del equipo de Gobierno de la viuda de Néstor Kirchner ha vuelto a lanzar un órdago contra los poderes de Wall Street. El ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, ha exigido a través de su gabinete que el supervisor de los mercados del país investigue si el juez Thomas Griesa ha incurrido en un delito de «estafa» al bloquear el montante depositado ya en los bancos fiduciarios.

En una nota de su departamento, Kicillof exige a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que investigue si las iniciativas del magistrado son «en realidad la fachada de una maniobra especulativa en favor de los ‘fondos buitre’ para que ganen por los bonos en ‘default‘ que compraron a precio vil». Más allá de estas palabras, el departamento de Economía argentino sentencia y que la actitud de Griesa, «lejos de impartir justicia y generar condiciones equilibradas entre las partes, busca favorecer a los fondos buitre».

Tras acusar al juez de no resolver nada en los encuentros que él mismo convoca, ha vuelto a instarle a permitir el pago a los bonistas que accedieron a la reestructuración de deudas con quita allá por el año 2001. Los fondos especulativos y otros titulares no aceptaron estas condiciones y Argentina busca evitar únicamente sus compromisos con ellos de modo que no entre en default total y a la par evitar las reclamaciones de los inversores que sí aceptaron la rebaja de condiciones por trato desigual.

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