Google y Apple no podían robarse empleados: las dos compañías tenían un acuerdo no escrito por el que se excluían una a la otra de la lucha por los mejores cerebros en nuevas tecnologías. El pacto no era público y formal, por lo que la salida de Eric Schmidt de la dirección de Cupertino podría tener un efecto más que negativo en el mantenimiento de este acuerdo.
«Efectivamente, como parte de los procesos de integración, puede haber en el corto plazo algunas salidas de personas. Tenemos mucha experiencia en hacer esto,…