Las plataformas de consumo colaborativo piden a las administraciones que regulen su actividad

Consumo colaborativo

Las plataformas de consumo colaborativo piden a las administraciones que regulen su actividad

BlaBlaCar

“La regulación del consumo colaborativo es necesaria», apunta el experto este tipo de actividades, Albert Cañigueral. Las plataformas para ahorrar y compartir gastos despiertan el recelo de los modelos de negocio tradicionales por cuestiones de legalidad, sin embargo son los mismos servicios de consumo colaborativo los que piden una regularización. Exigen unas normas que no se basen en la prohibición, sino que les permitan ‘encajar’ en la legalidad vigente.

Es el caso de los anfitriones de Airbnb, la plataforma que facilita el alquiler de alojamiento entre particulares. Un grupo de usuarios de Barcelona que alojan por días a viajeros en su residencia habitual se han unido alrededor de la plataforma Anfitriones en Acción para pedir la regulación de este tipo de actividades, como ya ocurre en Berlín o Amsterdam. Están dispuestos a pagar unas tasas como propietarios, pero piden nuevas normas adaptadas a los nuevos tiempos para no ser perseguidos. Hoy se manifiestan en la Ciudad Condal y ya han comenzado una campaña en Change.org para solicitar “una normativa justa para compartir sus hogares”.

La regulación del consumo colaborativo es necesaria, este tipo de actividades se merecen ser reguladas”, ha apuntado al respecto, consultado por ElBoletín.com Albert Cañigueral, ingeniero multimedia referente de estos servicios en lengua española y fundador de la web consumocolaborativo.com, en la que se informa y asesora sobre todo lo relacionado con estas actividades.

Cañigueral cree que esta regulación podría llegar “más rápido de lo que podemos imaginar”. “En cuanto haya un buen ejemplo en una ciudad, se impulsará en otros lugares, pues se entenderá que da lugar a localidades más sociales”.

Como experto en la materia, está en contacto con distintas administraciones, que en algunos casos parecen querer adaptarse pronto a este nuevo modelo de consumo. “Las administraciones locales, por lo general, son más receptivas”, ha apuntado, mientras que a escala regional y nacional “es más complicado”, puesto que hay “más lobbies” que ejercen presión. Pero están “intentando entender” este nuevo modelo de negocio que se muestra imparable.

España está bastante avanzado en materia de consumo colaborativo, ha asegurado el experto en el tema. “Tan solo Francia y Reino Unido están por delante”. Actualmente, en nuestro país hay plataformas que están fuera de la legalidad, como es el caso de Uber, servicios alegales y otros legales, como BlaBlaCar, ha explicado Cañigueral. Una nueva regulación que les permita ‘encajar’ en la normativa obligará además a todos estos negocios a tener más responsabilidad sobre sus actividades.

También ayudaría a calmar las aguas en los sectores en los que han surgido las protestas. Un malestar que Cañigueral considera normal: “forma parte de cualquier proceso de innovación”. Como explica, cuando surgen este tipo de novedades se inicia una primera etapa de ‘esconder la cabeza’, “pensar que no va con nuestro negocio”; luego llega un proceso belicoso, en contra de esta innovación, y finalmente una tercera fase de “aprendizaje”.

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