España sale de la crisis con el reto pendiente de no dejar atrás (otra vez) a los jóvenes

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España sale de la crisis con el reto pendiente de no dejar atrás (otra vez) a los jóvenes

La precariedad sigue estando a la orden del día en España, en especial para los más jóvenes, a los que un contrato indefinido o el acceso a una vivienda se les hace casi misión imposible.

Imagen de unos jóvenes andando.

La crisis provocada por el Covid-19 va remitiendo. La luz al final del túnel se hace cada vez más visible en lo económico, según los últimos datos. Sin embargo, las buenas noticias no lo son para todos. El reto de no dejar atrás, una vez más, a los jóvenes sigue sobre la mesa. La precariedad continúa marcando a una generación para la que un contrato indefinido o el acceso a una vivienda, incluso en alquiler, es casi misión imposible.

El principal problema de la juventud es el acceso al mercado laboral. No sólo encontrar un trabajo es complicado, sino que también lo es lograr un contrato que dure. Entre enero y septiembre de este año, más de 9 de cada 10 contratos firmados por personas menores de 35 años han sido temporales. Así lo pone de manifiesto un informe de Oxfam Intermon titulado ‘Tiempo de precariedad’, que incide sobre el drama que asola a los y las jóvenes.

Durante el tercer trimestre de 2021 y a partir de datos de la EPA, la temporalidad afecta a prácticamente 8 de cada 10 jóvenes asalariados menores de 24 años. Es decir, multiplicando por cuatro la tasa de temporalidad de los mayores de 35. Y la duración media de un contrato temporal es de 54 días frente a los 69 días de 2011. A esto hay que sumar, apunta esta organización, que “más de la mitad de los contratos de menos de 7 días de duración firmados este año corresponden a menores de 35 años”. Una realidad que se ceba especialmente, como viene siendo habitual, con las mujeres. No sólo tienen menos salarios, sino que sufren mayor inestabilidad.

Temporalidad juvenil por CCAA.

Y todo esto, para los que logran un puesto de trabajo. De acuerdo con las cifras publicadas por Eurostat, los 504.000 parados juveniles sitúan la tasa de paro en nuestro país para esta franja de edad en el 30,3%, la segunda más elevada de la UE, solo por detrás del 33,2% de Grecia y por delante del 28,2% de Italia.

‘Condenados’ al alquiler

La temporalidad, que conlleva una pobreza laboral, ‘condena’ a la juventud a conformarse con alquilar una vivienda. La idea de tener una casa en propiedad ni se les pasa por la cabeza a muchos de estos jóvenes. Un reciente informe de Fotocasa apuntaba que más de la mitad de los jóvenes se decantan por el mercado de alquiler por simple descarte. Entre las personas de 18 a 34 años que han alquilado o intentado alquilar como inquilinos una vivienda, el 52% asegura que su situación económica les impide comprar.

Otros, por su parte, ni siquiera han abandonado el ‘nido’. No pueden irse de la casa familiar. La emancipación es una utopía. Solo el 15% de los jóvenes están independizados, lo que se traduce en la tasa más baja desde 1998. O lo que es lo mismo, de este siglo. Así se desprende del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE) relativo al primer semestre de 2021. Según el informe, representa 2,4 puntos menos que en el mismo periodo de 2020.

“Supone un mínimo histórico y habría que remontarse a 1998 para encontrar cifras de emancipación tan bajas”, destaca el CJE, que apunta que esta cifra “es por su propio peso un marcador unívoco de la precariedad que la juventud española arrastra de forma endémica”. Y es que, “si la gran crisis económica que comenzó en 2008 ya lastró de forma permanente las trayectorias vitales de toda una generación, la crisis de 2020, agravada por la pandemia de la Covid-19, está teniendo unos efectos incluso peores”. Según este órgano, “las personas jóvenes que los sufren se encuentran en una situación de partida más precaria que la de la generación que las precedió”.

Casi el 82% del sueldo para el alquiler

La inestabilidad laboral y el escaso poder adquisitivo provocan que el acceso a la vivienda sea una “meta improbable para el colectivo”. En el primer semestre del año pasado una persona joven que quisiera emanciparse en solitario dedicaría, de media, el 81,9% de su sueldo al alquiler o debería ajustarse a una superficie máxima tolerable de 29,3 metros cuadrados, afirma el CJE. Por su parte, el coste de acceso a una vivienda en propiedad para una persona joven en España ascendería al 51,2% de su salario, 0,78 puntos porcentuales menos que en 2020.

Ante este escenario el debate sobre la reforma laboral que el Gobierno de Pedro Sánchez quiere derogar se centra, precisamente, en reducir la temporalidad. Un reto que se presenta complicado.

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