soldadito cuba
Nada de impecable uniforme de camuflaje como suelen aparecer algunos en fotos. No señor, magullado de pies a cabeza y con serios impactos de metralla en el casco protector. Cuantos pasaron por su lado no le atendieron tal vez ocupados en otros menesteres de la paz o los vicios del olvido.
Entonces, ese niño que llevamos todos por dentro más imborrables escenas de combates vividos en tierras lejanas, me obligaron a socorrerle, a no dejarlo morir sin gloria alguna en esa esquina muy próxima a un tragante que con las próximas lluvias le conducirían a igual derrotero como en esa historia infantil de El soldadito de plomo.
A casa, compañero. Algo de agua y calor para componerle el pie herido. Unas breves palabras identificativas de número de chapilla, regimiento y a quién avisar. Los soldados son, en cualquier guerra, la primera y última carta. Los primeros en morir y los últimos en ser reconocidos.
Nadie le ha reclamado. Desde entonces, ocupa sitio frente al ordenador. Y no son pocas las charlas que tenemos con olores a pólvora, muerte y vida.
Acceda a la versión completa del contenido
Ese soldadito abandonado en una esquina habanera
El resultado electoral en el entorno de Almaraz refuerza a los partidos que han defendido…
En concreto, Miguel Ángel Gallardo y los suyos no llegan a los 20 parlamentarios: 18,…
El sondeo dibuja un cambio profundo en el mapa político extremeño respecto a los comicios…
El informe de Sanidad se basa en la Lista de Medicamentos Esenciales de la Organización…
El descenso de la participación se produce en las dos provincias extremeñas, aunque con distinta…
Se trata de una situación sin precedentes desde que existen registros instrumentales fiables, que arrancan…