Enhorabuena para los veteranos de guerra en Cuba

Cuba

Enhorabuena para los veteranos de guerra en Cuba

Lo más significativo es que no se hayan olvidado de nosotros. Y lo suscribe un veterano sobreviviente de tres guerras que espera ganar esta cuarta, la del día a día.

Condecoraciones Cuba

Condecoraciones militares

(En memoria de José Cutín Aranguren, compañero de armas en las campañas de Angola y Etiopía. La noticia de su muerte en la Habana llegó al terminar este artículo)

Cuarenta años y hasta casi medio siglo después de haber  tenido la fortuna de abandonar con vida campos de batalla a miles de kilómetros del hogar, esos jóvenes ahora viejos de la tercera edad y vaya usted a saber si también de la cuarta, están recibiendo una remuneración económica a la par de la que corresponde por jubilación o pensión.

No es gran cosa, pero es un humildísimo y hasta simbólico reconocimiento gubernamental cuando el país no está en sus mejores momentos, sumido en profunda crisis y una inflación que mete miedo porque el dinero sencillamente no alcanza ni para las necesidades básicas.

Pero se agradece. Los destinatarios son gentes ya cansadas, casi sin fuerzas, con achaques de pies a cabeza, faltos de todo en virtud de que sus hijos y nietos han puesto pies el polvorosa en ese éxodo migratorio jamás visto en la historia nacional.

Muchos conocieron personalmente el hambre y los olores de la muerte, ese binomio que marca de por vida a las personas. Si son numerosos o pocos los que ahora se quejan en verdad no lo sé. No creo sean tantos los que hayan olvidado cómo compartir una pequeña lata de sardinas entre cuatro o volarle la cabeza a un famélico perro para ponerlo en una lata de agua hirviente. “Caldito de El Polinesio”, confesaba Fernando en las heladas noches de montaña. La vida en situaciones extremas te prepara y enseña, entre otras cosas, para no malgastar comida. Y la poca, compartirla. Hermana hombres y sepulta miedos.

La cifra ha sido de 1.528 pesos cubanos, lo que llevado al mercado informal, equivaldría a unos seis euros o dólares. El monto ha llegado con efecto retroactivo desde el pasado enero. Poco más de 18.000. Lo suficiente en par de comidas por todo lo alto para dos personas en un restaurante privado afamado, pero nadie se da ese gustazo. Hay prioridades. La subsistencia ordena.

Aún así, lo más significativo a mi juicio es que no se hayan olvidado de nosotros. Y lo suscribe un veterano sobreviviente de tres guerras que espera ganar esta cuarta, la del día a día, en la propia casa, sin enemigos visibles, aunque presentes, completamente desarmado y no por selvas, montañas y desiertos desconocidos…

Más información