José Antonio Álvarez, consejero delegado de Banco Santander
El consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, no ha querido ‘mojarse’ en exceso sobre el “posible” impuesto a la banca que ha planteado el Gobierno de Pedro Sánchez para ayudar a pagar las pensiones públicas, si bien ha advertido de que cualquier reforma fiscal “debe ser pensada para no crear efectos colaterales”.
“Hemos visto distintas ideas por lo que sólo puedo hacer una aproximación de carácter general”, se ha excusado el banquero durante la rueda de prensa posterior a la presentación de resultados del grupo. No obstante, ha soltado algunas cargas de profundidad que suponen un aviso al nuevo Ejecutivo: en primer lugar, ha advertido que a su juicio “no sería una buena práctica” una tasación sobre ventas no generadas, porque el banco podría verse penalizado, por ejemplo, si pierde dinero en España por tener en el país la sede corporativa.
Álvarez ha reflexionado además que “debería evitarse la doble imposición”, algo que a su juicio “podría llevar a las multinacionales a cambiar su estructura legal” ya que “estarían en desventaja frente a sus rivales”. En el caso del Santander, por ejemplo, el banco “depende críticamente del dividendo de las filiales”, una cifra de unos 4.000 millones de euros. Respecto a si un impuesto a la banca afectaría al dividendo, se ha limitado a señalar que por ahora es “altamente especulativo” plantearse este escenario.
Con un carácter general, Álvarez cree que sería “razonable” que una nueva estructura fiscal “no cree efectos colaterales no deseados” ni genere incertidumbre. En su opinión, la prioridad de España “debería seguir siendo crear empleo”, por un lado, y por el otro, afrontar el problema de la “escasez de ahorro”, que hace a su vez que el problema de las pensiones sea “acuciante”.
Respecto a los créditos fiscales (DTA) con los que cuenta el grupo tras la adquisición del Popular, el consejero delegado ha recordado que el banco aplica el impuesto de sociedades establecido. En ese sentido, ha habido una crisis y a empresas que han perdido dinero la Hacienda española le reconoce este dinero en cuanto vuelven a beneficios. “Si ahora revisamos el pasado la seguridad jurídica sería baja”, ha advertido, si bien “probablemente tengamos perdidas este año por el centro corporativo”.
La integración del Popular ha sido otro de los asuntos más tratados durante la comparecencia. Según sus cálculos, la operación podría estar finalizada para “junio del año que viene”. No obstante, antes de plantearse cualquier reestructuración de la red se hablará con los representantes de los trabajadores y se analizará “caso por caso” las oficinas con el objetivo de “seguir sirviendo lo mejor posible a los clientes del Santander y el Popular”.
Banco Santander obtuvo un beneficio atribuido en el primer semestre de 2018 de 3.752 millones de euros, un 4% más que en el mismo periodo del año anterior, tras registrar un cargo neto de 300 millones relacionado fundamentalmente con la integración de Banco Popular, según ha anunciado hoy la entidad.
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