La vuelta a los beneficios de Royal Bank of Scotland (RBS) tras una década de pérdidas no se ha traducido ni mucho menos en optimismo para los inversores. Las acciones del banco rescatado se desplomaban un 4,5% durante la mañana en la Bolsa de Londres, encaminándose a su peor jornada desde noviembre de 2016.
El RBS se anotó un beneficio de 752 millones de libras esterlinas en 2017, frente a las pérdidas de 6.955 millones del año anterior. La cifra de negocio del banco controlado en un 72,6% por el Estado británico, alcanzó los 13.133 millones de libras, un 4,3% más.
Para el consejero delegado, Ross McEwan, se trata de un “momento simbólico”. Sin embargo, los inversores parecían más centrados en preocuparse por la provisión de 764 millones de libras que RBS realizó en el cuarto trimestre por litigios y posibles malas conductas. La cifra incluye 442 millones de libras por las demandas hipotecarias en EEUU y 175 millones por el escándalo de ventas fraudulentas de seguros de protección de pagos en Reino Unido.
En el cuarto trimestre, la cuenta de resultados de RBS arrojó unas pérdidas de 579 millones de libras, que fueron no obstante inferiores a las de 8.987 millones del último parcial de 2016.
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