El PP deja en manos de María Dolores de Cospedal su continuidad en el Congreso. Es decir, si sigue o no como diputada nacional tras su renuncia ‘a medias’ este lunes ante el escándalo desatado por los audios del excomisario José Manuel Villarejo. Entre los planes de la dirección nacional no se encuentra obligar a la exsecretaria general a abandonar su escaño, al que se aferra pese a que no quiere “dañar” la imagen del partido.
“El acta es una cuestión personal”, ha afirmado el secretario general del PP, Teodoro García Egea, que ha defendido que la decisión tomada por su compañera de filas ha sido de “mutuo acuerdo” con la dirección del partido. Para el diputado por Murcia ha sido un “gesto que le honra”, ya que ha puesto “los intereses del PP por delante de los suyos”.
El futuro de Cospedal ha monopolizado la rueda de prensa tras el Comité de Dirección de la formación conservadora. En concreto, la gran mayoría de las preguntas se han centrado en si el partido pedirá que renuncie a su escaño. Algo que parece que no pasará. Para García Egea se trata de una “cuestión personal que nada tiene que ver con el partido”. Incluso, el ‘número dos’ de los populares ha dejado en sus manos seguir en la Diputación Permanente y como presidenta de la Comisión de Exteriores de la Cámara.
Dicho esto ha enviado un mensaje al PSOE: ahora es el turno de Dolores Delgado. García Egea ha pedido a la ministra de Justicia que con la “misma rapidez” haga como Cospedal y abandone el Consejo de Ministros tras conocerse sus conversaciones con el excomisario Villarejo. Además, ha exigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias que “no se atrevan a hablar” de este asunto mientas Delgado no dimita.
“Espero que no tengan la osadía y el atrevimiento de dar una sola lección sobre este tema”, ha advertido el popular.
