Madrid deja en la calle a personas sin hogar en plena pandemia

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Madrid deja en la calle a personas sin hogar en plena pandemia

Cientos de personas se quedarán en la calle con motivo del cierre de la campaña de frío.

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Los numerosos escándalos en los espacios habilitados para las personas sin hogar en Madrid y el reciente ajetreo en la política autonómica han hecho que se acelere el cierre de la Campaña Municipal de Frío.

El 1 de abril, los dos albergues y varias habitaciones repartidas por la capital madrileña, habilitados para paliar los efectos del frío del invierno en las personas sin hogar, cerrarán sus puertas y más de 400 usuarios se verán en la calle, sin alternativa habitacional. El cierre de la Campaña contra el Frio ha pillado de improvisto.

Desde CCOO confiesan estar buscando solución a la situación de las personas más desprotegidas. «Hay usuarios en un estado de vulnerabilidad extrema. Unas 40 pernoctan y pasan también el día en los albergues porque sus condiciones de salud no les permiten estar en la calle», denuncia preocupado Daniel Reyes desde el sindicato en declaraciones a EL BOLETIN.

Descontrol en los centros de personas sin hogar

Diversos medios sacaron a la luz la situación en la que se encontraban los usuarios de los albergues ante, por ejemplo, la escasez de pruebas para detectar el covid-19 durante la pandemia.

Comisiones acusa en un comunicado a las autoridades de la falta de higiene básica y medidas de protección implementadas en los centros. Algunas de las circunstancias que el sindicato denuncia son «la imposibilidad de mantener las distancias de seguridad» y la ausencia de personal sanitario especializado.

En el Centro de acogida alternativo de Villa de Vallecas hay un solo aseo disponible para todos los trabajadores y dos para 142 usuarios. En total: 3 duchas, 3 váteres y 2 urinarios. «El agua caliente de los termos no es suficiente para todas las personas del centro», critican desde Vallecas, «además de que las duchas están repletas de moho desde hace años y las bajantes están rotas haciendo un charco de aguas fecales bajo el albergue».

Borja, trabajador del centro de acogida de emergencia Pinar de San José, destaca que «la comida a nivel nutricional no cubre los mínimos». Según explica, muchos de los alimentos llegan sin etiquetar, por lo que no son capaces de atender con todas las garantías a personas con alergias. «Hay veces que no le damos un bocadillo a una persona intolerante a la lactosa, porque no podemos garantizarle que no contenga nada perjudicial para su salud», narra el trabajador.

Cuenta atrás para reubicaciones

El primer día de abril suele ser la fecha habitual del cierre de la Campaña de Frío, pero al estallar la pandemia del covid-19 hace un año, se decidió dejar los albergues abiertos para gestionar la situación. El Estado de Alarma previsto hasta el 9 de mayo de 2021 ofrecía ese margen a los trabajadores de los centros para mantenerlos abiertos. Sin embargo, hace menos de una semana, los centros fueron informados de que el 1 de abril cerraban todos los albergues.

«Generalmente las trabajadoras sociales se dedican durante dos meses enteros a reubicar a las personas alojadas en los centros habilitados para el invierno. Con este aviso tan repentino, nos han dado un margen de 15 días», cuenta Borja, «Es imposible reubicar a 400 personas en 15 días», advierte.

Los trabajadores cargan con la frustración que sufren las personas sin hogar al no recibir respuestas ante el repentino cierre de la campaña de frío. Las autoridades no han aclarado qué ocurre con el toque de queda, ni cómo afecta el Estado de Alarma a la situación de las personas. Ni el Ayuntamiento ni las empresas encargadas de la gestión de los centros ofrecen ninguna solución o alternativa: «Nos sentimos abandonados».

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