Cada vez son menos los altos cargos de los gobiernos de Mariano Rajoy que permanecen en el sector público. La empresa privada ha seducido a la gran mayoría de ellos que ven en este sector un nuevo impulso para su vida laboral.
Los últimos trasvases autorizados por la Oficina de Conflicto de Intereses, órgano dependiente del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, son el de Juan Alfaro Grande, ex presidente de Renfe, Marcos Peña Pinto, ex presidente del Consejo Económico y Social, y Jaime García Legaz, ex consejero delegado de Aena.
Tal y como adelantó Cinco Días, Alfaro Grande ha recibido el visto bueno para poder trabajar en la consultora Deloitte, Peña Pinto lo hará como consejero en Laboratorios Farmacéuticos Rovi y García Legaz entrará en el consejo de Ahorro Corporación.
El órgano que se encarga de vigilar si existen incompatibilidades en el traspaso de ex altos cargos públicos a la empresa privada ha determinado que ninguno de ellos se salta la normativa.
Tampoco Pilar Díaz López, ex secretaria de Estado de Servicios Sociales con la ex ministra de Sanidad, Carmen Montón, y Óscar Graefenhain de Codes, ex director del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales.
Díaz López formará parte del Patronato de la Fundación DKV Integralia mientras que Graefenhain de Codes se enrolará en la Federación Española de Baloncesto. Antes de dirigir el Instituto de la Cinematografía fue director general de Deportes del Consejo Superior de Deportes.
