La entidad considera probable que el repunte del consumo se retrase en vista de la inflación, que continúa siendo elevada en la mayor economía de Europa.
El banco añadió que apenas cabe esperar impulsos positivos notables del consumo privado. A pesar del ligero debilitamiento del aumento de los precios, el fuerte crecimiento de los salarios y la buena situación del mercado laboral, los hogares siguen moderando el gasto», señalaron los economistas del Deutsche Bundesbank.
En agosto, la tasa de inflación anual del 6,1 por ciento fue solo ligeramente inferior a la de julio, del 6,2 por ciento. El llamado índice de precios al consumo armonizado (IPCA), que el Banco Central Europeo (BCE) utiliza para su política monetaria, fue del 6,4 por ciento en agosto en Alemania.
El Bundesbank espera que tanto la tasa general del IPCA como la subyacente -es decir, la inflación sin los precios de la energía y los alimentos, que son propensos a fluctuar- sigan bajando en el país en los próximos meses.
Esto se debe, entre otras cosas, al denominado efecto base. En el verano europeo de 2022, el billete de tren subvencionado de 9 euros (9,60 dólares), limitado a tres meses, y el descuento sobre el combustible frenaron temporalmente la subida de los precios de consumo, pero este efecto ya no existe ahora.
«No obstante, en un contexto de fuerte crecimiento salarial, es probable que la tasa de inflación se mantenga muy por encima del dos por ciento a medio plazo», escribe el Bundesbank.
El fuerte aumento de los precios de la energía y las materias primas también causa problemas a la industria alemana. «Además de la reticencia a consumir, la creciente debilidad de la industria también ejerce presión sobre la producción económica», indica el informe mensual.
«La baja en la entrada de pedidos y la disminución de los encargos que ya habían ingresado en la cartera se reflejan cada vez más en la producción industrial», añade.
