El BCE se ha quedado con el 95% de la deuda emitida por los gobiernos desde que comenzó la pandemia

Deuda Pública

El BCE se ha quedado con el 95% de la deuda emitida por los gobiernos desde que comenzó la pandemia

En los últimos 18 meses se ha producido un aumento de la deuda pública en toda la eurozona de 1,94 billones de euros.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

La presidenta del BCE, Christine Lagarde. Autor: BCE

La pandemia de Covid-19 ha supuesto en cifras absolutas un récord de emisión de deuda soberana en la eurozona, con una cifra solo ligeramente inferior a los dos billones de euros. Y de acuerdo a un reciente análisis realizado por el equipo de research de ING, el Banco Central Europeo (BCE) se ha hecho nada menos que con un 95% de esa deuda.

En los últimos 18 meses se ha producido un fuerte aumento de la deuda pública en toda la eurozona. La deuda pública en circulación ascendía a 11,9 billones de euros en febrero de 2020, en vísperas de la pandemia. En julio de este año, la deuda había aumentado a 13,8 billones de euros, según los cálculos de ING a partir de datos del BCE.

“El aumento del 16,8% de la deuda soberana es inferior al que se produjo tras la caída de Lehman en septiembre de 2009 (+21%) y está a la par con el aumento que se produjo durante la crisis de la deuda de la eurozona en 2012 (+16%; todo ello medido en períodos comparables de 17 meses)”, explican los expertos del banco holandés. Sin embargo, “en cifras absolutas, el aumento de la deuda pandémica de 1,94 billones de euros en 18 meses supera con creces esos picos anteriores, que alcanzaron 1,35 y 1,40 millones de euros, respectivamente”.

“Lo que difiere aún más es cómo se ha financiado el nuevo frenesí de emisiones en los últimos 18 meses”, con un menor protagonismo de los bancos. Mientras que en vísperas de la pandemia poseían el 20,6% de la deuda pública en circulación, en junio de este año esta cifra se había reducido al 19,4%.

Por el contrario, “el Eurosistema asumió el año pasado la posición del sector bancario comercial como mayor inversor en deuda soberana”. Interviniendo con su Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP), los bancos centrales habrían comprado 1,47 billones  de los 1,94 billones de euros emitidos hasta julio de este año.

En otras palabras, por cada euro prestado por los gobiernos de la eurozona desde febrero de 2020, el Eurosistema financió indirectamente 76 céntimos.

Sin embargo, los expertos de ING recuerdan que el BCE no compra directamente a los gobiernos en los mercados primarios, sino que solo puede operar en los mercados secundarios. Por ello, prefieren centrarse en la emisión neta de deuda. Desde esta perspectiva, solo cuenta la diferencia entre la emisión bruta y los reembolsos, y la distinción entre mercados primarios y secundarios es irrelevante.  Otro factor a tener en cuenta es que unos 390.000 millones de euros de deuda pública y préstamos emitidos acabaron en manos de otras ramas del gobierno.

“Al consolidar la emisión neta de deuda pública (es decir, eliminando la emisión neta absorbida por otras ramas del gobierno, excepto el banco central), el Eurosistema financió en realidad 95 céntimos de cada euro neto emitido entre febrero de 2020 y julio de este año”, destacan los expertos.

El papel de los bancos y otros inversores

Los datos sobre las tenencias de otros inversores de deuda soberana solo llegan hasta el primer trimestre de 2021 (o junio en el caso de los bancos), pero “sugieren que el resto de la emisión neta fue adquirida a partes aproximadamente iguales por inversores de fuera de la zona del euro y por bancos de la eurozona, mientras que los fondos de inversión se deshicieron de una cantidad comparable”.

“El papel dominante del Eurosistema en la absorción de la emisión neta de deuda pública contrasta fuertemente con episodios anteriores de fuertes aumentos de la deuda (por ejemplo, 2009 y 2012), en los que la emisión neta fue adquirida de forma más equilibrada por el sistema bancario (central y comercial) y los inversores no bancarios”, explica ING. Este cambio habría sido “decisivo” para mantener controladas las condiciones de financiación de la deuda soberana y, por extensión, también las de crédito y financiación bancaria.

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