El BCE no quiere más ‘casos Popular’: analizará la capacidad para soportar fugas de depósitos

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El BCE no quiere más ‘casos Popular’: analizará la capacidad para soportar fugas de depósitos

El supervisor medirá el “período de supervivencia” de los bancos ante una eventual fuga de depósitos.

Banco Popular

Hace un año y medio, una fuga de depósitos acabó dictando sentencia sobre Banco Popular, que de la noche a la mañana fue resuelto y vendido por un precio simbólico al Santander. El Banco Central Europeo (BCE) no quiere que le vuelva a pillar por sorpresa una caída tan precipitada, por lo que prepara una nueva prueba de estrés en la que se medirá cuánto tiempo pueden aguantar las entidades antes de quebrar si se encuentran en una situación parecida.

En concreto, el supervisor único europeo pondrá a prueba los “shocks adversos y extremos hipotéticos” en los que las entidades de crédito se enfrentan a crecientes salidas de liquidez. El ejercicio se centrará en los flujos de caja esperados a corto plazo de los bancos para calcular el “período de supervivencia”, medido como el número de días que un banco puede seguir operando utilizando las garantías y el efectivo disponible sin acceso a los mercados de financiación.

El “análisis de sensibilidad”, que se espera que concluya en cuatro meses, “se centrará exclusivamente en el impacto potencial de las perturbaciones de liquidez idiosincráticas en los distintos bancos”, señala el BCE. La institución no evaluará las posibles causas de estas perturbaciones ni el impacto de las turbulencias más amplias del mercado. El ejercicio se llevará a cabo sin referencia alguna a las decisiones de política monetaria.

“Los resultados informarán al supervisor sobre la vulnerabilidad relativa de los bancos a las diferentes perturbaciones de liquidez aplicadas en el ejercicio y también identificarán las mejoras necesarias en la gestión del riesgo de liquidez de los bancos”.

Aunque tradicionalmente las ratios de solvencia son consideradas el principal indicador de la salud de un banco, una huida de depósitos puede ser letal en cuestión de días, si bien normalmente una cosa va ligada a la otra. El pánico de los depositantes a perder sus ahorros cuando el banco está en el ojo del huracán acaba provocando una salida de dinero tal que puede obligar a cerrar el banco.

Un ejemplo se vivió en el caso de la caída del Popular, en junio de 2017. En los últimos días de andadura como entidad independiente del banco entonces presidido por Emilio Saracho se estima que vio como cada día salían unos 2.000 millones de euros de liquidez. La situación era tan dramática que el Santander, que se hizo cargo del banco en apuros, se vio obligado a realizar una transferencia de 13.000 millones de euros para que pudiese abrir las puertas y seguir operando con normalidad.

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