El BCE declara la guerra a la inflación con una subida de tipos sin precedentes

Inflación

El BCE declara la guerra a la inflación con una subida de tipos sin precedentes

El banco central eleva los tipos de interés 75 puntos básicos y promete incrementos adicionales a pesar de las sombrías perspectivas económicas para el bloque.

Christine Lagarde, presidenta del BCE

Christine Lagarde, presidenta del BCE

El Banco Central Europeo (BCE) ha intensificado su batalla contra la inflación subiendo los tipos de interés en 75 puntos básicos y prometiendo “varios” aumentos adicionales pese a que las perspectivas de crecimiento económico son cada vez más sombrías.

Este incremento, que ha coincidido con las previsiones del mercado, subraya las crecientes preocupaciones de la autoridad monetaria por la escalada de precios que se están extendiendo más allá de la energía, y por la debilidad del euro. De este modo, el tipo de interés para sus operaciones de refinanciación se situará en el 1,25%, mientras que la tasa de depósito alcanzará el 0,75% y la de facilidad de préstamo, el 1,50%.

La institución con sede en Fránfort nunca aplicado un aumento del precio del dinero de ese calibre en una reunión convencional sobre política monetaria. Lo más parecido a un movimiento de esta magnitud se produjo hace 23 años (antes de que el euro comenzase a circular), cuando subió la tasa de depósito como parte del proceso de transición hacia la adopción de la moneda común.

Es la segunda vez desde julio que el BCE eleva el precio del dinero en un intento por doblegar la inflación, que se encuentra en récords históricos. El IPC en la zona del euro alcanzó el 9,1% en el mes de agosto, muy lejos del objetivo que marca el mandato del BCE, que es ligeramente superior al 2%.

“Este importante paso adelanta la transición desde el actual nivel altamente acomodaticio de los tipos de interés oficiales hacia niveles que garanticen el retorno oportuno de la inflación al objetivo del 2% a medio plazo del BCE”, ha señalado la autoridad monetaria en un comunicado, en el que también adelanta que en sus próximas reuniones espera seguir subiendo los tipos de interés.

MÁS INFLACIÓN Y MENOR CRECIMIENTO

El BCE ha empeorado sus pronósticos de inflación para este año y el próximo, al tiempo que recortó su previsión de expansión económica para 2023. En concreto, la institución que preside Christine Lagarde espera ahora que la inflación media cierre este año en el 8,1%, para bajar al 5,5% en 2023 y al 2,3% en 2024.

Para el año que viene, el banco central espera un crecimiento del 0,9% frente a su anterior previsión de junio que situaba la expansión del PIB en el 2,1%. El efecto de los precios energéticos en el poder adquisitivo de los ciudadanos y el impacto de los problemas de oferta en la actividad económica han provocado este recorte de previsiones para los Diecinueve. De hecho, el BCE considera que la economía de la zona del euro se estanque a finales de este año y durante el primer trimestre de 2023.

Es poco probable que el aumento de los costes de financiación frene la subida de los precios de la energía, que podrían agravarse incluso después de la interrupción de suministro de gas por parte de Rusia. Sin embargo, el BCE sube tipos para contener la demanda y enfriar la economía.

Alemania es uno de los países del bloque con las perspectivas económicas más sombrías por su enorme dependencia del gas ruso. Aunque ha llenado las instalaciones de almacenamiento de gas más rápidamente de lo previsto, no son suficientes para excluir el racionamiento durante el invierno.

El presidente del Deutsche Bank, Christian Sewing, ha advertido de que se avecina una recesión, pero el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, quiere que se dé prioridad a la lucha contra la inflación sobre el crecimiento económico. Y eso está haciendo el BCE.

Además, la subida de los tipos puede ofrecer cierto apoyo al euro, cuya caída por debajo de la paridad con el dólar ha encarecido las importaciones, sobre todo de productos básicos. En julio, el BCE apuntó que la depreciación del euro constituía un “cambio importante” e “implicaba mayores presiones inflacionistas.

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