El 84% de las personas con discapacidad del mundo carece de medios de evacuación en desastres naturales

Discapacidad

El 84% de las personas con discapacidad del mundo carece de medios de evacuación en desastres naturales

La ONU califica de “inaceptable” que se deje atrás a ese sector de la población.

Joven con discapacidad se desplaza en una calle inundada | Foto de Mukesh Kumar Jwala/Shutterstock

Joven con discapacidad se desplaza en una calle inundada | Foto de Mukesh Kumar Jwala/Shutterstock

El 84% de las personas con discapacidad en todo el mundo carece de un plan de preparación personal en caso de desastres -como terremotos o inundaciones-, mientras que solo un 26% podrían ser rescatadas sin dificultades, aunque no hubiera ninguna alerta temprana.

Así se desprende de una encuesta realizada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, por sus siglas en inglés) a partir de una encuesta a 6.342 personas con discapacidad de 132 países.

Ese sondeo, dado a conocer con motivo del Día Internacional para la Reducción de los Desastres, que se celebra este viernes, actualiza otro llevado a cabo por esa agencia de la ONU por primera vez en 2013, entonces con 5.717 personas con discapacidad encuestadas de 137 países.

La nueva investigación señala que las personas con discapacidad continúan una década después con una “sorprendente” falta de apoyo para hacer frente a los desastres naturales, pese al incremento de episodios climáticos extremos en todo el mundo. La falta de progreso podría ser una violación del derecho internacional, según la UNDRR.

Las personas con discapacidad representan un 16% de la población mundial y, en algunos casos, mueren trágicamente por desastres en una proporción entre dos y cuatro veces mayor que el del resto de la sociedad.

La nueva encuesta encontró avances limitados en la inclusión de la discapacidad en la última década, sin avances significativos en ninguna región. En concreto, el 84% de las personas encuestadas este año informaron no tener un plan de preparación personal en caso de un desastre, como conocer las rutas de evacuación, refugios disponibles y disponer de suministros de emergencia. En 2013, esta cifra era del 71%.

ALERTA TEMPRANA

Además, un 39% de las personas con discapacidad sondeadas indicaron que no tendrían dificultades para ser evacuadas si se ofrece una suficiente alerta temprana y un 26% lo habría aun sin advertencia previa de la llegada de un desastre natural.

La mitad de los países del mundo carecen de sistemas de alerta temprana, cuando la ONU trabaja para que todas las personas estén cubiertas por ellos como muy tarde en 2027.

“Esta es una prueba irrefutable de una inaceptable falta de progreso que está dejando a la gente atrás. Las personas con discapacidad deben ser protegidas de los desastres y esto es cada vez más urgente con el aumento de desastres catastróficos relacionados con el clima en todo el mundo”, indicó Mami Mizutori, jefa de la UNDRR y representante especial del secretario general de la ONU para la reducción del riesgo de desastres.

Esta agencia de la ONU reclama en su informe una inclusión significativa en la planificación comunitaria de reducción del riesgo de desastres. El 86% de las personas encuestadas afirmaron sentirse excluidas de participar en la planificación de desastres en el ámbito comunitario (mismo porcentaje que en 2013), a pesar de que expresaron un mayor interés en participar en 2023 (57%) en comparación con 2013 (51%).

Solo un 11% de las personas con discapacidad sondeadas informaron conocer un plan de gestión de desastres en su área local (17% en 2013). Y un 44% desconocían la disponibilidad de información sobre el riesgo de desastres en formatos accesibles.

BUENAS PRÁCTICAS

Por otro lado, la UNDRR apunta que los países con procesos inadecuados para proteger a las personas con discapacidad de los desastres podrían estar violando el derecho internacional establecido en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que especifica obligaciones para garantizar la protección y seguridad de las personas con discapacidad frente a los desastres.

Además, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 exige la inclusión de la discapacidad, el suministro de información accesible sobre el riesgo de desastres y el establecimiento de sistemas de alerta temprana inclusivos y de extremo a extremo.

“Los hallazgos son impactantes. Estamos fallándoles a las personas con discapacidad. Los Estados deben estar mejor preparados para proteger los derechos de las personas con discapacidad frente a los desastres, incluida una participación significativa en la planificación de desastres y una información accesible para todos”, subrayó Gertrude Oforiwa Fefoame, presidenta del Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Eddie Ndopu, Defensor Mundial de las Naciones Unidas y activista por los derechos de las personas con discapacidad, añadió: “Cuando abandonamos a las personas con discapacidad en situaciones de desastre, en última instancia traicionamos nuestro compromiso de no dejar a nadie atrás. Todos tenemos derecho a la vida, nadie es desechable. Los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos y prestar atención a las recomendaciones, incluido el papel de liderazgo de las personas con discapacidad en la toma de decisiones sobre gestión de desastres. Nada sobre nosotros sin nosotros”.

El informe ofrece ejemplos de buenas prácticas. Por ejemplo, en Jordania hay una línea exclusiva para que las personas sordas informen sobre emergencias. En Uganda, las personas con discapacidad participan en los marcos legales sobre gestión de desastres y clima. Y ​​en Nueva Gales del Sur (Australia), los proveedores de servicios para personas con discapacidad identifican los requisitos individuales para alimentar los planes comunitarios de preparación para emergencias.

“Son una llamada de atención para tomar medidas inmediatas. Si hay un lado positivo, la conciencia y el compromiso político han aumentado notablemente con el Marco de Sendai. Ahora necesitamos un cambio radical de las promesas a la implementación. Hay vidas que dependen de ello”, concluyó Mizutori.

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