El consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, ha recordado que las ayudas de los bancos sanos a los rescatados por el Estado “tiene un límite”. “A nadie se le ocurriría en cualquier otro sector que una empresa sana financiase a otra con problemas”, ha reflexionado.
“Si queremos tener una banca sana que ayuda a la situación económica del país, o somos capaces de separar bien la banca sana de la que se ha gestionado mal en los últimos años o será difícil que tengamos una recuperación económica sólida en este país”, ha avisado además el consejero delegado.
Durante la rueda de prensa posterior a la presentación de resultados del grupo, Cano se ha referido de este modo a la decisión del Gobierno de que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que nutren las propias entidades, se utilice para dar liquidez a los afectados por la preferentes de CatalunyaCaixa y Novagalicia, que no cotizan en Bolsa.
El consejero delegado de BBVA también se ha mostrado crítico con el hecho de que los bancos sanos que invirtieron en la Sareb puedan descontarse un 30% del dinero que aportaron a este banco malo a la hora de financiar la nueva derrama para el FGD. A su juicio, supone una “distorsión de la competencia” en “un Estado de derecho como en el que estamos”.
BBVA fue el único de los grandes bancos que no invirtió en la Sareb, por lo que, según publicó Expansión, la factura podría ascender para la entidad a 740 millones de euros. A esa cifra habría que sumar otros 240 millones correspondientes a la cuota de mercado del propio grupo.
Eso sí, este sobrecoste difícilmente hará cambiar de opinión a BBVA sobre su negativa a invertir en el banco malo. Cano ha explicado que cuando el grupo debe tomar una decisión de este tipo hace “un análisis profundo desde el punto de vista técnico”. En ese sentido, “si no ha habido ningún cambio en este período de tiempo, la respuesta tiene que ser en consonancia con ese análisis y no pensamos que vaya a ser muy diferente”, ha señalado.
