Los sindicatos de CatalunyaCaixa temen más despidos si la subasta de la entidad vuelve a retrasarse

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Los sindicatos de CatalunyaCaixa temen más despidos si la subasta de la entidad vuelve a retrasarse

Sucursal de CatalunyaCaixa

CSICA advierte de “indeseables consecuencias económicas, sociales y laborales” si la subasta de CatalunyaCaixa se retrasa más allá del segundo trimestre del año. La plantilla de CatalunyaCaixa ha sufrido ya dos expedientes de regulación de empleo (ERE) desde que se inició la crisis, y los sindicatos comienzan a temerse que sean necesarios nuevos recortes laborales si finalmente el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) no logra realizar la subasta de la entidad rescatada antes del verano, tal y como apuntan los rumores del mercado.

El retraso en las decisiones no contribuye, “al equilibrio de la empresa ni al necesario sosiego de los empleados y de las empleadas”, según un informe de CatalunyaCaixa realizado por la sección sindical de CSICA.

De hecho, añade el sindicato, los “voluntariosos intentos” de proceder a lo que denomina “un parcial desguace controlado” (en referencia a la venta de paquetes de oficinas, de préstamos, gestora de fondos, etc.), sólo “persiguen aligerar la estructura de un balance que lastra y condiciona la potencial adquisición por terceros”.

CSICA considera que tanto el ministro de Economía, Luis De Guindos, como la cúpula de CatalunyaCaixa son conscientes de que “el paso del tiempo merma o encarece el interés por la empresa”.

En ese sentido, y en referencia a los rumores del mercado de que la subasta de la entidad podría retrasarse, el sindicato cree que “situar el calendario de las concreciones más allá del segundo trimestre de 2014 será un error o una temeridad que podrá desencadenar indeseables consecuencias económicas, sociales y laborales”. Para CSICA, “por interés de la plantilla, eso no debe ocurrir”.

La intención de Guindos es deshacerse en la primera mitad del año de la entidad catalana, cuyo agujero “no tiene parangón en el sistema financiero español” en palabras del propio ministro, después de que se le hayan inyectado ya 12.000 millones de euros.

Pero la venta no parece sencilla, no al menos a un precio medianamente atractivo que permita recuperar parte de los fondos públicos inyectados en CatalunyaCaixa. Muchos rumores del mercado apuntaban ya a finales del año pasado a que la venta no se realizaría al menos hasta el tramo final de 2014, cuando ya se hubiesen realizado los test de estrés del BCE y la revisión de calidad de los activos (AQR) de la banca europea.

La principal razón, que los bancos sanos que optan a hacerse con CatalunyaCaixa no quieren arriesgarse demasiado a encontrarse alguna sorpresa desagradable en estas pruebas. Sin embargo, el FROB ya se ha visto obligado a retrasar dos veces la subasta de la entidad, y la intención de Guindos es la de no esperar más, pese a todas las incertidumbres.

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