Los trabajadores de CatalunyaCaixa creen que no será capaz de vender su red de fuera de Cataluña

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Los trabajadores de CatalunyaCaixa creen que no será capaz de vender su red de fuera de Cataluña

Sucursal de CatalunyaCaixa

Los sindicatos restan verosimilitud a los rumores sobre la red de sucursales fuera de Cataluña dado su interés estratégico “muy limitado o inexistente”. Tras dos subastas interrumpidas ante el escaso interés despertado e infinidad de rumores sobre ventas e inversores interesados, los trabajadores de CatalunyaCaixa cada vez dan menos crédito a las informaciones en torno al proceso de privatización de la entidad. El último ejemplo, las informaciones sobre una posible venta de la red de oficinas ‘legacy’ (las situadas fuera de Cataluña).

“Los últimos rumores sobre una hipotética transmisión de paquetes de oficinas situadas en territorio Legacy no parecen tener visos de verosimilitud, ya que el interés estratégico de las mismas para los competidores sería muy limitado o inexistente”. Así se rotunda se muestra la sección sindical de CSICA en CatalunyaCaixa, en una circular en que reflexiona que, “de todas maneras, el interés inversor, de ser el caso, no tendría efectos positivos sobre la plantilla de aquellas oficinas”.

El sindicato avisa de que “las dudas y zozobras persisten y se acentúan, repercutiendo negativamente sobre el maltrecho estado de ánimo de buena parte de la plantilla”, mientras que los responsables, desde el Ministerio de Economía que dirige Luis De Guindos hasta los ejecutivos de la entidad, pasando por el Banco de España, “parecen estar inmersos en una confusión que les impide encauzar el rumbo que evite el naufragio de la empresa”.

CSICA se lamenta de que tras la suspensión de la segunda subasta, no se concretan movimientos y, en consecuencia, el paso del tiempo “acentúa el desequilibrio económico y el posicionamiento comercial del banco”.

La intención de Guindos es deshacerse en la primera mitad del año de la entidad catalana, cuyo agujero “no tiene parangón en el sistema financiero español” en palabras del propio ministro, después de que se le hayan inyectado ya 12.000 millones de euros.

Pero la venta no parece sencilla, no al menos a un precio medianamente atractivo que permita recuperar parte de los fondos públicos inyectados en CatalunyaCaixa. El último revés se refiere por ahora a la ruptura del acuerdo de venta de su inmobiliaria al consorcio formado por los fondos Kennedy Wilson y Värde Partners, que se anunció en agosto del año pasado.

El volumen de activos bajo gestión de CX Inmobiliaria es superior a 8.700 millones de euros. Estos activos son propiedad de la propia CatalunyaCaixa y de la Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), tras el traspaso realizado en el marco del proceso de recapitalización de la entidad en diciembre del pasado año.

Tras este varapalo, se anunció la posible venta de la red de sucursales de CatalunyaCaixa fuera de su territorio de origen, pero los trabajadores cada vez dan menos credibilidad a estas informaciones, al tiempo que cada vez parece más probable que la subasta deba retrasarse de nuevo, al menos hasta la segunda mitad del año.

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