Guindos, obligado por enésima vez a retrasar la subasta de CatalunyaCaixa

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Guindos, obligado por enésima vez a retrasar la subasta de CatalunyaCaixa

Sucursal de CatalunyaCaixa

La ruptura en la venta de CX Inmobiliaria, las dudas sobre el ERE y los test de estrés del BCE amenazan con retrasar de nuevo la subasta de CatalunyaCaixa. Hace apenas dos semanas, el ministro de Economía y Competitividad, Luis De Guindos, mostraba su confianza en que la subasta de CatalunyaCaixa se hubiese realizado antes del verano. Sin embargo, la última relación de acontecimientos hace poco probable que se cumpla este plazo para la privatización, que se ha convertido en un quebradero de cabeza para el Gobierno tras haber sido suspendida en los últimos años hasta dos veces.

La intención de Guindos es deshacerse en la primera mitad del año de la entidad catalana, cuyo agujero “no tiene parangón en el sistema financiero español”, tras haberle inyectado ya el Estado 12.000 millones de euros “a una entidad que era cuatro o cinco veces más pequeña que Bankia y a Bankia le inyectamos 22.000”, en palabras del propio ministro.

Pero la venta no parece sencilla, no al menos a un precio medianamente atractivo que permita recuperar al menos parte de los fondos públicos inyectados en CatalunyaCaixa. El último revés se refiere a la ruptura del acuerdo de venta de su inmobiliaria al consorcio formado por los fondos Kennedy Wilson y Värde Partners, que se anunció en agosto del año pasado.

El volumen de activos bajo gestión de CX Inmobiliaria es superior a 8.700 millones de euros. Estos activos son propiedad de la propia CatalunyaCaixa y de la Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), tras el traspaso realizado en el marco del proceso de recapitalización de la entidad en diciembre del pasado año.

El cierre de la transacción hubiese permitido obtener plusvalías directas a CatalunyaCaixa y focalizar su actividad en la banca minorista, por lo que el mercado da por descontado que hasta que no se encuentre un comprador para la división inmobiliaria, la subasta del resto de la entidad quedará en ‘stand by’

Además, hay que tener en cuenta que el actual expediente de regulación (ERE) en curso aún podría ser anulado por los tribunales, después de que la semana pasada se celebrase la vista en la Audiencia Nacional. La sentencia podría tardar en llegar otras dos semanas y una decisión contraria a los intereses de CatalunyaCaixa y el FROB obligaría a abrir un nuevo proceso de negociaciones, tal y como ya ocurrió en Liberbank.

Muchos rumores del mercado apuntaban ya a finales del año pasado a que la venta no se realizaría al menos hasta el tramo final de 2014, cuando ya se hubiesen realizado los test de estrés del BCE y la revisión de calidad de los activos (AQR) de la banca europea.

La principal razón, que los bancos sanos que optan a hacerse con CatalunyaCaixa no quieren arriesgarse demasiado a encontrarse alguna sorpresa desagradable en estas pruebas. Sin embargo, el FROB ya se ha visto obligado a retrasar dos veces la subasta de la entidad, y la intención de Guindos es la de no esperar más, pese a todas las incertidumbres.

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