El semanario británico recuerda que hace dos años los bancos españoles estaban “podridos” y con deudas “incobrables”. Bankia ha recorrido un “largo camino” desde que en 2012 el Gobierno inyectara en su matriz, BFA, 18.000 millones de euros para rescatarla, hasta el punto de que ha conseguido recuperarse con el paso del tiempo, aunque aún no está libre de problemas, según destaca The Economist en un artículo publicado este viernes que recoge Europa Press.
El semanario británico recuerda que hace dos años los bancos españoles estaban “podridos” y con deudas “incobrables”, por lo que el Gobierno español tuvo que pedir 41.000 millones de euros a la Unión Europea para poder recapitalizarlos.
Tras este proceso, el país no ha tenido que pedir más préstamos a los miembros de la zona euro, dado que la economía está creciendo de nuevo, “aunque lentamente”. En este contexto, The Economist destaca que Bankia suma 13.000 nuevos clientes cada mes, su cuota de préstamos aumentó ligeramente el año pasado, hasta el 6%, algo “impresionante” dado que ha cerrado el 38% de sus sucursales y ha recortado su plantilla, “perdiendo sólo un 5% de los depósitos” en este proceso.
El prestigioso semanario insiste en que Bankia “es una empresa rentable, aunque de forma marginal”, y subraya que su matriz ganó 648 millones de euros en los nueve primeros meses de 2013 y se ha duplicado su precio desde agosto. Según subraya, el “salto” de la cotización de Bankia ha llevado a tener la esperanza de que el Gobierno podría recuperar una parte de lo invertido en BFA. “A los precios actuales, el 68% de las acciones de BFA en Bankia vale 10.000 millones de euros”, añade.
Pese a este optimismo, The Economist destaca que Bankia “aún no está libre de problemas”. Pese a que se desprendió de unas carteras de activos tóxicos y los traspasó a Sareb, los préstamos problemáticos aún representan el 13,6% de su cartera, más que el promedio nacional.
El semanario también alerta de que parece “poco probable” que se produzca “un gran salto” en los préstamos “en un país que tiene un 26% de desempleo y una débil demanda de crédito”. Finalmente, indica que el rescate de la entidad “todavía escuece” a los preferentistas y a los pequeños accionistas que invirtieron en su salida a Bolsa, pero subraya que la mejora del precio de las acciones alivia esta situación. “En cualquier caso, los empleados de Bankia ya no trabajan con el sonido de los manifestantes a las puertas de sus oficinas en Madrid”, concluye el artículo.
El espaldarazo que da The Economist a Bankia se produce apenas una semana después de que el New York Times señalase que el banco ha pasado en menos de dos años de parecer “una versión española de Lehman Brothers”, a convertirse en el “símbolo de lo que podría ser el comienzo de un renacimiento financiero nacional”.
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