La falta de independencia energética y sus consecuencias en el aseguramiento de suministro han convertido a España en el enclave elegido por el lobby nuclear para relanzar su campaña, apoyada por sectores políticos al ex presidente del Gobierno, José María Aznar. Un informe publicado recientemente por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que circula por toda Latinoamérica, ataca la inversión pública en energías verdes.
Según el think thank neoconservador, si todas las inversiones que han recibido las renovables las hubieran gastado las empresas habrían creado mucho más empleo. La FAES ha utilizado este informe para atacar a Obama por su apuesta por los “empleos verdes” para salir de la crisis económica.
El presidente estadounidense sigue de cerca los pasos de España en esta materia, según afirmó ayer The Washington Post. FAES hace ahora una apasionada defensa de la energía nuclear, a pesar de que durante los ocho años que Aznar estuvo al frente del Gobierno no intentó acabar con la moratoria que prohíbe la construcción de nuevas centrales.
“La energía de fisión nuclear garantiza el abastecimiento energético, es barata en términos relativos, es optativamente segura, se ha demostrado inocua para la salud y se revela ventajosa en términos medioambientales al no generar emisiones de CO2 u otros gases de efecto invernadero”, reza el informe de la fundación que preside el ex presidente del Ejecutivo español.
Para extender este mensaje, el líder mundial en la fabricación de reactores nucleares Areva fichó el año pasado a Ana Palacio, ex ministra de Asuntos Exteriores en el segundo mandato de Aznar, como vicepresidenta. Palacio tiene amplias competencias especialmente en el área de márketing.
Al igual que el presidente de la FAES, la relación de Ana Palacio con George Bush es muy cercana. Su implicación en el envio de tropas españolas a Iraq y la defensa de la tesis de que fue ETA quien estuvo detrás del 11-M llevaron al ex presidente estadounidense a colocarla en la vicepresidencia del Banco Mundial, cargo que abandonó tras los escándalos que se produjeron en el organismo.
