Caixa Ontinyent se ha convertido en una auténtica rareza dentro del sector financiero valenciano. Con la CAM adjudicada al Sabadell, Banco de Valencia intervenido y Bancaja enzarzada en la guerra entre Rato y Olivas en Bankia, la pequeña entidad sigue operando bajo la forma de una caja y todo parece indicar que continuará sola.
La caja que preside Rafael Soriano ganó en 2011 3,5 millones de euros, lo que supone un 22% menos que el año anterior, con un ratio de morosidad del 5%, y un coeficiente de solvencia “que supera en más de un 60 por ciento el mínimo legal”, según el propio Soriano.
Su secreto, la nula implicación en el sector inmobiliario y la financiación basada en sus clientes minoristas. El balance de Caixa Ontinyent está marcado por unos depósitos (881 millones de euros) que superan el crédito otorgado a la clientela (785 millones).
La caja ha anunciado hoy el nombramiento de Encarnación Cambra Sánchez, que se incorpora al consejo de administración por el grupo de Generalitat valenciana, en sustitución de Ramón Soler Blasco.
