El portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran, se ha posicionado a favor de una fusión entre CaixaBank y Bankia al afirmar hoy que sería “una gran operación porque saldría el primer banco de la zona euro”.
En unas declaraciones concedidas a la Cadena Cope, Duran ha señalado, no obstante, que dicha fusión es una “cuestión privada” y que CiU no tiene nada que decir al respecto. Ayer, tanto el presidente de Bankia, Rodrigo Rato, como el consejero delegado de CaixaBank, Joan Maria Nin, negaron por enésima vez este miércoles que haya un proceso de integración entre ambas entidades.
Las declaraciones de Duran se producen después de que ayer mismo el portavoz de CiU se reuniera con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dentro de los esfuerzos que está realizando el Gobierno para afianzar sus relaciones con los nacionalistas catalanes y asegurarse su apoyo a las reformas que quedan por emprender.
En ciertos círculos se asegura además que Montoro vería con buenos ojos una fusión entre Bankia y CaixaBank, posición enfrentada a la que tendría, dentro del mismo Gobierno, el ministro de Economía, Luis De Guindos.
La fusión de CaixaBank y Bankia, que en los mentideros ya se nombra como ‘CaixaBankia’ o ‘Bancaixa’, crearía el mayor banco español por activos, con 550.000 millones de euros, muy por encima de los 316.000 millones del Santander y de los 300.000 millones de BBVA, aunque en términos de rentabilidad, la entidad estaría muy por debajo de lo que actualmente presenta CaixaBank.
Lo cierto es que la posible operación se ha convertido en la ‘comidilla’ del sector, aunque cada vez son más las voces que dentro de él se hacen la misma pregunta: ¿de dónde saldrán los fondos necesarios para sufragarla? Con el Fondo de Garantía de Depósitos seco tras la operación de la CAM, la opción más probable serían las ayudas públicas, estatales o incluso europeas, pero también plantean sus propios interrogantes.
La fusión crearía un ‘monstruo’ difícil de digerir para la entidad catalana. Algunos analistas cifran en hasta 50.000 millones de euros el impacto que podría tener que asumir La Caixa en el caso de hacerse con el banco que preside Rodrigo Rato, si se tienen en cuenta tanto su exposición al ladrillo como los vencimientos y el déficit de capital.
Al mismo tiempo, se requeriría un duro ajuste de las plantillas, el mayor ERE de la historia de España, según señalan algunos observadores, en un momento en que la opinión pública es especialmente sensible a cualquier rumor de despidos, por el fuerte incremento del paro.
