La crisis del proyecto Banco Base se ha consumado. Las Asambleas de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura han rechazado segregar su negocio financiero e integrarlo en el SIP que iban a formar junto a la CAM y que serviría para crear la quinta entidad financiera española por volumen con unos activos de 135.000 millones de euros.
El proyecto que se lanzó en mayo del año pasado se había empezado a resquebrajar en el último mes ante la inesperada aparición de un repunte de la morosidad en la caja alicantina. Tras conocer estos datos, Cajastur había pedido un cambio en las condiciones previstas por el integración que los alicantinos no quisieron aceptar, porque su peso en la nueva entidad iba a verse reducido del 40% al 27%.
Como respuesta a esta falta de acuerdo, Banco Base solicitó el lunes al fondo público, según fuentes financieras, 2.784 millones de euros, frente a los 1.447 millones en que el Banco de España había cifrado su déficit de capital. Esta cifra, si se suma al respaldo solicitado en la primera ronda de la restructuración de 1.493 millones de euros elevaría el recurso global al dinero de público hasta 4.231 millones de euros, con lo que el Estado se hubiera convertido en el mayor accionista del grupo en función de su valor en libros.
La posibilidad hizo que ldos de los presidentes de las autonomías implicadas en la fusión el extremeño Fernández Vara y el cántabro Revilla manifestasen con total claridad su rechazo al proyecto. Al menos en la estructura que tenía hasta ahora. De hecho, ambos han insinuado que ven posible seguir adelante sin sus antiguos socios de la CAM, posibilidad que podría confirmarse en los próximos días.
A primera hora de la mañana, la Asamblea de la CAM había votado a favor de la integración, pero la mayor parte de los expertos consideraron este gesto casi un brindis al sol. De hecho, antes de que este acto formal se hubiera producido, algunos informes de bancos de inversión apostaban por la paralización del proyecto Banco Base y hasta por la próxima intervención de la entidad alicantina por parte del Banco de España.Como se anticipaba ayer en este mismo diario, la delicada situación que atraviesa la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) ha abierto una nueva crisis dentro de la reestructuración del sector.
