La marcha de Olivas abre una nueva guerra interna en Bancaja

Economía

La marcha de Olivas abre una nueva guerra interna en Bancaja

La salida de José Luis Olivas de la presidencia no ha cerrado ni mucho menos la crisis en Bancaja. De hecho, la incapacidad para encontrar un sustituto de consenso ha abierto una nueva guerra entre las diferentes facciones y grupos de presión presentes en la caja valenciana.

En el consejo de administración celebrado ayer, uno de los más tensos que se recuerdan, no sólo se gestionó la marcha de Olivas tras ocho años ejerciendo el poder en Bancaja, sino que estaba sobre la mesa la elección de su sucesor. El gran favorito era Antonio Tirado, mano derecha de Olivas durante los últimos años, y que en principio contaba con el visto bueno del presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra.

Sin embargo, Tirado, consejero de Bancaja a propuesta del PP en el Parlamento valenciano, contó con la fuerte oposición del bloque progresista, que no consideraba que la política continuista pudiese funcionar en un momento en que la imagen pública de Bancaja está bajo mínimos. Antes de la marcha de Olivas, en algunos sectores ya se había especulado con la del propio Tirado, salpicado también por la polémica del Banco de Valencia, del que fue vicepresidente primero hasta su intervención a finales del año pasado.

De hecho, el pasado 14 de mayo, la junta de accionistas de Banco Valencia acordó iniciar acciones legales contra algunos de los anteriores responsables de esa entidad, entre ellos Tirado, para investigar si el banco cometió un delito societario, de falsedad contable y administración desleal, abusiva y fraudulenta.

Pese a la fuerte oposición, el dirigente de los impositores del PP, Ángel Villanueva, propuso a Antonio Tirado para la presidencia. Sin embargo, como respuesta, el representante de CCOO, Ernesto Pascual, puso sobre la mesa el nombre del abogado José María Mas Millet, también vinculado al PP, pero que contaba con el apoyo del PSPV, la entidad fundadora RSEAP y la UCE.

Mas Millet había protagonizado además un duro encuentro con José Luis Olivas al inicio del consejo, llegando a acusar al ex presidente de la Generalitat valenciana de no haber contado con el consejo de administración a la hora de tomar decisiones.

Ni Tirado ni Millet contaban con un respaldo considerado suficiente para que hubiesen quedado enterrados los problemas internos de Bancaja, por lo que ambos acabaron retirando su candidatura. Al final, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, se recurrió a los estatutos, que establecen que el presidente en funciones será el vicepresidente primero en ausencia del máximo dirigente. De este modo, Tirado permanecerá un máximo de dos meses como presidente de Bancaja, hasta que se logre un candidato de consenso.

Tirado lleva más de 20 años vinculado a la caja valenciana. De hecho, como presidente de la Caja de Castellón fue uno de los principales impulsores de la fusión con la Caja de Valencia que en 1990 dio lugar a Bancaja. Llegó a ser su presidente en una etapa anterior, aunque la mayor parte del tiempo ha ejercido su actual cargo de vicepresidente.

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