Draghi saca la artillería ante el abismo de una tercera recesión en Europa

Especial XXIII Aniversario

Draghi saca la artillería ante el abismo de una tercera recesión en Europa

Mario Draghi, presidente del BCE

El presidente del BCE inicia el camino de los estímulos económicos justo cuando la Fed pone fin al histórico QE impulsado en 2008 por Bernanke. El frenazo económico experimentado en Alemania, Francia e Italia, las tres principales economías de la zona del euro, ha activado todas las alarmas de que Europa se encamina a una tercera recesión, y cada vez son más las miradas que se dirigen al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, para que la institución siga el ejemplo de la Reserva Federal estadounidense e inicie un programa de estímulo económico que podría desembocar en un QE (quantitive easing) europeo.

Con la llegada de Mario Draghi a la institución, el 3 de noviembre de 2011, el BCE cambió el paso que hasta entonces había llevado bajo el mando de Jean Claude Trichet y empezó una carrera por bajar tipos. Pronto hizo además gala de una especial habilidad para saber marcar los tiempos. Célebre fue su intervención en julio de 2012 en la que una simple frase hizo huir a los especuladores salvando así a España e Italia de seguir el trágico camino griego.

“El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”, señaló el presidente del BCE durante su participación en una cumbre empresarial celebrada en Londres, en la que advirtió de que “en el momento en que las primas de riesgo dañen el funcionamiento de los canales de transmisión de la política monetaria, ya entran en nuestro mandato”. “Europa va a vencer a los mercados”, llegó a asegurar. Era el 26 de julio de 2012, y por primera vez en varios días, la prima de riesgo española bajaba de los 600 puntos.

Sin embargo, no fue hasta junio de este 2014 cuando decidió sacar la verdadera artillería para intentar reactivar la economía, ante las sospechas cada vez más ciertas de que Europa se dirige a una nueva recesión. Draghi, que ya ha dejado los tipos de interés en el 0,05% (su mínimo histórico) y ha decidido poner una tasa negativa a los tipos de depósito, anunció primero la puesta en marcha de macrosubastas de liquidez para la banca vinculadas a la concesión de crédito (TLTRO), y seguidamente un programa de compra de bonos (ABS y covered Bonds) que podría ponerse en marcha a principios de 2015.

Pero el verdadero as en la manga de ‘Súper Mario’ no es otro que un QE (quantitive easing) europeo, con la que ha venido amagando en sus últimas intervenciones públicas a pesar de la fuerte oposición del Bundesbank y los rumores de una rebelión interna de algunos bancos centrales.

En su última reunión de noviembre, Draghi destacó que el Consejo de Gobierno del BCE ya ha encargado a su staff y a los respectivos comités del Eurosistema “asegurar la preparación oportuna de nuevas medidas a implementar si fuera necesario”. “Si no es financiación monetaria de los déficits públicos está en nuestro mandato”, avisó a los críticos que consideran que un QE excedería los mandatos del BCE.

La labor de Draghi se ha dejado notar sobre todo en el mercado de divisas. Si el cruce del euro frente al dólar llegaba a superar los 1,39 dólares el pasado mes de mayo, desde entonces la moneda comunitaria ha ido trazando un camino de debilitamiento frente a su par estadounidense, si bien con algunos altibajos. A principios de noviembre el tipo de cambio rondaba ya los 1,24 dólares, en mínimos desde agosto de 2012.

Todo hace indicar que el descenso sostenido del euro se mantendrá al menos durante unos meses más, hasta situar el cruce en el entorno de los 1,20 dólares a principios de 2015, según empiezan a dar por descontado los analistas. Para encontrar un euro por debajo de los 1,20 dólares habría que retrotraerse a junio de 2010, cuando el cambio se situó en 1,1971 dólares en un momento en el que el mercado llegaba incluso a cuestionar la ruptura de la moneda única, y apenas unos días después del primer rescate a Grecia.

La actual caída del euro, no obstante, parece esta vez responder más a una estrategia de Draghi para aumentar la competitividad exterior de la divisa comunitaria. De hecho, algunos medios alemanes -siempre los más críticos con las actuaciones del BCE-, llegaron a sugerir que el presidente de la institución había llegado a un acuerdo con la presidenta de la Reserva Federal estadounidense, Janet Yellen, para debilitar el euro.

Lo cierto es que mientras el BCE apunta hacia nuevas medidas de estímulo, con un QE en el horizonte, la Fed ya ha dado varios avisos de retirada de sus medidas.

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