Las cooperativas de renovables se hacen un hueco en España: duplican sus socios en un año

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Las cooperativas de renovables se hacen un hueco en España: duplican sus socios en un año

Molino de viento

Som Energia cuenta ya con 15.000 miembros y espera dar servicio este año a 22.000 hogares. Goiener roza ya los 2.000 socios. Las cooperativas de energías renovables han comenzado a hacerse un hueco en España. Estas empresas, que no aseguran ahorros inmediatos pero sí un precio justo por el kilowatio y abren el mercado a una mayor competencia, cada vez llegan a un mayor número de hogares y aceleran en la captación de socios, fruto del descontento de muchos ciudadanos con el sistema actual y las imparables subidas del precio de la luz. La pionera en España ya tiene 15.000 miembros, el doble que el año pasado.

Se trata de la catalana Som Energía, que nació en 2010 en Girona con 150 socios. Desde entonces la cifra se ha multiplicado por 100. Cada uno de ellos paga una cuota de 100 euros que se reinvierten en la propia cooperativa, sin ánimo de lucro. Su objetivo es cubrir el 100% de la demanda de energía de sus miembros con nuevos proyectos de su propiedad y financiados principalmente por los socios.

La compañía dibuja un horizonte positivo para los próximos meses: tiene previsto triplicar este año su facturación, hasta los nueve millones de euros, y dar servicio a 22.000 hogares en todo el país.

Som Energía asegura que sus precios son competitivos y que ahora mismo les posicionan como una de las comercializadoras de luz más económicas del mercado. «Los precios son hasta un 10% más baratos que los precios fijos de las comercializadoras de último recurso», apunta.

Según explica Eduard Quintana, responsable de comercialización de la cooperativa, «durante los últimos tres años hemos aprendido bien el funcionamiento del mercado eléctrico. Ahora ya empezamos a tener economías de escala y esto nos ha permitido ajustar los precios». Además, añade que «somos una cooperativa sin ánimo de lucro. Sólo tenemos que cobrar por los gastos que tenemos y nada más».

La vasca Goiener se rige por el mismo esquema que la anterior. Se fundó a principios de 2012, justo cuando el Gobierno suspendió la concesión de nuevas primas a las renovables. Ahora, cuenta con casi 1.900 socios, el doble que el año pasado. y esperan terminar 2014 con 2.500. La cooperativa ofrece sus servicios en toda la península, aunque sopesa también desplegarse a Francia.

Pero estos no son los únicos ejemplos. Hay otras de más reciente constitución, como la cántabra Enerplus, la andaluza Zencer o la gallega Nosa Enerxia que tienen en los tres casos poco más de un año de vida.

Este tipo de compañías comercializan (y en casos producen) kilovatios procedentes exclusivamente de energías ‘verdes’ y avalan este origen con certificados del regulador del mercado.

En estas empresas los consumidores forman parte de la empresa y su objetivo no es solo la apuesta por las renovables, sino promover un cambio de modelo energético. No se trata de un fenómeno nuevo, en Europa surgieron en las primeras décadas del siglo pasado para poder suministrar electricidad a las zonas apartadas de las primeras redes eléctricas.

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