El exgobernador del Banco de España critica que “se han paralizado las reformas” y sólo se propone “lo que puede dar alguna alegría electoral”. El exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha reaparecido en la escena política a través de un artículo de opinión que publica hoy El País, en el que critica el “populismo” que domina la política española y pide una “reforma institucional” para que se produzcan “los cambios económicos necesarios en España”.
Fernández Ordóñez aprovecha su tribuna para alertar sobre la “generalización del populismo en España”, una tendencia que no sólo se observa en los partidos minoritarios, sino que los partidos de gobierno practican “con una normalidad preocupante”. “Aquí hemos escuchado que no hacía falta extender la edad de jubilación a los 67 años, que no había que subir el IVA sino bajarlo, que no había que congelar el sueldo a los funcionarios, o que la reestructuración bancaria no costaría ni un euro a los contribuyentes españoles”, se lamenta.
El también ex secretario de Estado de Hacienda durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, considera que una explicación a este populismo reside en que “la elaboración de las normas y el control de la actividad política se hacen sin una suficiente ilustración de los problemas y sin un serio análisis de los posibles efectos de las políticas”.
“En España siempre se quiere ir directamente a votar, a decidir”, critica, para añadir que “si hay un problema, si hay algo que necesita ser cambiado, lo que se demanda es, antes de estudiarlo, una votación”. “Este es un país donde un lunes se decide llevar el viernes al Consejo de Ministros un decreto ley y el miércoles todavía no se tiene un borrador redactado”, considera el exgobernador del Banco de España.
Fernández Ordóñez, que avisa de que “si no se acometen reformas políticas será muy difícil avanzar en las reformas económicas”, señala que “en cuanto el BCE ha dado un respiro” a todos los países periféricos, en España “se han paralizado las reformas” y sólo se propone “lo que puede dar alguna alegría electoral”.
Por ello, “mientras las instituciones no obliguen a un debate ilustrado seguiremos viviendo bajo el imperio de las ocurrencias, cualquiera sea el partido que gobierne”. “Es verdad que el populismo está en el ADN de la política”, y por tanto “es ingenuo pensar que va a desaparecer del todo, se haga lo que se haga”, pero “no debemos renunciar a intentar disminuirlo”, concluye.
