Dos millones de españoles renuncian a tomar algún medicamento recetado por motivos económicos

Precio de los medicamentos

Dos millones de españoles renuncian a tomar algún medicamento recetado por motivos económicos

El aumento del precio de los medicamentos, según la plataforma No es Sano, “amenaza la sostenibilidad de los sistemas de salud”.

Medicamentos

“En los últimos doce meses, ¿ha dejado de tomar algún medicamento recetado por un/a médico/a de la sanidad pública porque no se lo pudo permitir por motivos económicos?”. La pregunta salió desde el propio Ministerio de Sanidad en el Barómetro Sanitario 2016-2017. Y, a pesar de que la mayoría (el 89,5%) respondió que no, un 4,4% reconoció que cuestiones económicas le impidieron tomar un fármaco que le recetó el médico.

El porcentaje, aparentemente bajo, no ha pasado por alto para la plataforma No es Sano. En su último informe publicado este martes, la entidad social ha recordado que el 4,4% se traduce en que “más de dos millones de personas” no han podido comprar los medicamentos recetados por su médico. Mientras tanto, el precio de los fármacos ha ido en aumento en España pese a la crisis económica.

Otro estudio del Ministerio de Sanidad desvela cómo el precio de venta del laboratorio (PVL) medio se ha disparado en los últimos años. Sin ir más lejos, los medicamentos hospitalarios (envases clínicos y medicamentos de uso y dispensación hospitalaria) han visto que su precio de venta del laboratorio medio ha ascendido a 593,5 euros en los últimos años. En concreto, del año 2013 al 2014, se pasó de los 279,8 euros a los 517,7 euros; al año siguiente ya alcanzó récord con 593,5 euros.

“En 2 años el PVL medio se ha incrementado más del doble”, reconocen desde el departamento que dirige Dolors Montserrat. Según explican, este incremento se debe a la inclusión de “nuevos medicamentos con precio muy elevado para el tratamiento de patologías graves como la hepatitis C (Simeprevir y Sofosbuvir), para determinados tipos de fibrosis quística (Ivacaftor) o para el tratamiento del mieloma múltiple”.

La plataforma No es Sano ha recordado cómo este incremento, a nivel global, ya es un problema latente. De hecho, según han sostenido, esa voracidad “amenaza la sostenibilidad de los sistemas de salud y obstaculiza el acceso de las poblaciones más vulnerables a tratamientos para enfermedades como el cáncer”.

La Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) constató en 2016, a través de un estudio, que el alto precio “es un factor que contribuye de manera muy importante a las inequidades de acceso a los fármacos oncológicos en nuestro continente”. Es más, la organización evidenció “grandes disparidades” entre distintos países europeos. Los países del Este de Europa, con las rentas más bajas, son los más perjudicados.

“Por ejemplo, en países como Serbia, Eslovaquia, Croacia, Bosnia, Bulgaria, Macedonia o Polonia, muchos de los medicamentos para el tratamiento del melanoma o el cáncer renal ni siquiera están incluidos en el listado nacional y, cuando lo hacen, no están financiados, por lo que los pacientes deben pagar el 100% del tratamiento”, han recordado desde No es Sano.

Mientras tanto, los expertos no garantizan que las terapias de alto precio sean sinónimo de éxito. En el trabajo “Eficiencia de tratamientos oncológicos para tumores sólidos en Españarealizado por varios profesionales se concluyó que en 40 terapias oncológicas de alto precio, empleadas para el tratamiento de 13 tumores, se extraían conclusiones no muy esperanzadoras.

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“Se mostraba que el aumento de la supervivencia global respecto a la alternativa con la que se comparaba era inferior a tres meses en 26 de las 34 terapias. Sobre las seis valoradas no existía información disponible en este indicador”, se completaba en el informe, tal y como ha recogido No es Sano. Algo que también certificaron, en 2012, algunos médicos del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York.

En este sentido, los profesionales llegaron a tomar la decisión de no administrar a sus pacientes Zaltrap® para el cáncer colorrectal y continuar con su alternativa terapéutica, debido al escaso valor añadido que proporcionaba a un precio multiplicado por dos. Mientras, dos años después, en 2014, ya se estimaba que en cinco años (año 2019) el gasto global en medicamentos se incrementaría en un 30%, en gran medida, debido fármacos para el cáncer e inmunosupresores.

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