Carmina y amén, una película de Paco León

La butaca

Carmina y amén, una película de Paco León

Carmina y amén

Paco León, que en su primera película experimentó con esta energía de su madre y con el lenguaje cinematográfico y la mezcla de géneros, eleva en esta segunda entrega la complejidad de la propuesta. Conocimos a Carmina Barrios hace dos años, cuando Paco León nos la presentó en su ópera prima, ‘Carmina o revienta’. El popular actor vuelve ahora a dirigir a su madre con la misma fórmula: tono costumbrista, naturalidad y experimentación. Pero en ‘Carmina y amén’ se nota la evolución del director tanto en el guión como en la forma de contarnos la historia.

La cinta arranca con la repentina muerte del marido de la protagonista. Carmina convence entonces a su hija para no dar parte de la defunción hasta dos días después, cuando el fallecido iba a cobrar la paga extra. Tendrán que esconder el cadáver todo un fin de semana ante las idas y venidas de sus vecinos a la casa en un humilde barrio sevillano.

Un argumento de partida que ya hemos visto en la película ambientada en la Asturias rural ‘Carne de gallina’, pero que aquí, pese a tratarse del hilo conductor de la historia, es un pretexto para seguir descubriéndonos a la carismática Carmina. Mujer con una personalidad arrolladora que se ha convertido ya en todo un icono del cine español.

León, que en su primera película experimentó con esta energía de su madre y con el lenguaje cinematográfico y la mezcla de géneros, eleva en esta segunda entrega la complejidad de la propuesta. El argumento gana en detrimento del aspecto más documental, ofreciendo una mayor cohesión a la historia.

La cinta está plagada de diálogos acertados (aunque en ocasiones demasiado ordinarios) y de situaciones hilarantes, como la conversación de las vecinas en el velatorio, el viaje en moto de la protagonista o su charla con el personaje interpretado por Yolanda Ramos. Un humor negro y desvergonzado en un relato costumbrista que trata también temas trágicos con acertado equilibrio.

El director profundiza en el dramatismo de la historia, que tiene además un punto de crítica social: habla de la crisis, del racismo, de los desahucios, de la corrupción… No se limita por tanto a aprovecharse de la gracia natural de Carmina Barrios para hilar la trama.

En el aspecto de la realización, el director vuelve al enfoque y desenfoque y sigue buscando nuevas fórmulas. Destaca por ejemplo la escena del entierro, en la que Paco León hace un pequeño ‘cameo’, rodada con cámara súper lenta para captar todos los gestos.

La esencia de la película está en la espontaneidad de Carmina Barrios, interpretándose a sí misma, y en la naturalidad de María León. El personaje de María, que en la primera cinta era una auténtica ‘choni’ de barrio, ha dejado la fiesta y está a punto de montar su propio negocio. Es ahora más madura y se parece más a su madre, en una especie de relevo generacional.

Los personajes secundarios, tanto los nuevos como los rescatados (cómo olvidar a la amiga de Mayra Gómez Kemp y la reina Sofía), son un acierto. Mención especial merece la televisiva Yolanda Ramos, que interpreta a una masajista catalana ‘heterocuriosa’ y muy espiritual.

Con la primera entrega, León desafió a distribuidores y exhibidores con un estreno simultáneo en cines, internet y DVD. Ahora ha vuelto a innovar: la cinta ha comenzado su andadura únicamente en cines, pero el director invitó a los espectadores a verla gratis en 125 salas el día antes del estreno.

Antes de ello, ‘Carmina y amén’ vio la luz en el Festival de Cine Español de Málaga, donde se llevó las biznagas al Mejor Guión y Mejor Actriz de Reparto (para Yolanda Ramos). Recibió el espaldarazo no solo del jurado del certamen, también por parte de la crítica.

Queda saber si también consigue el apoyo del público. De momento, en su primera semana en los cines se ha colocado en tercera posición en la taquilla. A la cabeza continúa imparable otra comedia española, ‘Ocho apellidos vascos’, una película a la que ‘Carmina y amén’ nada tiene que envidiar en humor y supera en calidad y factura técnica.

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