Barcelona no manda a los turistas a casa, sino que les invita a conocer más

Contenido patrocinado

Barcelona no manda a los turistas a casa, sino que les invita a conocer más

Barcelona

‘Tourist go home’. Esta es solo una de las muchas frases que pueden verse escritas a lo largo y ancho de la capital catalana, sobre todo en sus zonas más turísticas.

‘Tourist go home’. Esta es solo una de las muchas frases que pueden verse escritas a lo largo y ancho de la capital catalana, sobre todo en sus zonas más turísticas. Unas dedicatorias no muy amorosas para un viajero al que los residentes acusan de pérdida de calidad de vida, masificación y ruidos constantes. Sin embargo, hay maneras de paliar el problema, como que los turistas se animen a explorar el entorno de la provincia.

De tal descontento ciudadano ya se han hecho eco medios como la agencia de noticias Reuters o el periódico The Guardian. Este último es uno de los principales rotativos del Reino Unido, precisamente de donde procede la mayor parte de turistas que pulula por las calles de la ciudad condal. Así, según datos recabados por el portal de viajes Rumbo, el 41 % del turismo proviene del Reino Unido, el 27 % del resto de España y el 24 % de Francia. Mientras que países como Portugal apenas aporta un residual 3 %, al igual que Italia. Alemania, por su parte, contribuye al éxito turístico de la ciudad con un 2 %.

Al contrario de otras ciudades, Barcelona ha logrado desestacionalizar su turismo, por lo que por sus calles transitan viajeros durante todas las épocas del año. Un dorado que persiguen muchos destinos y que la ciudad catalana ha alcanzado gracias al turismo de congresos. Sin embargo, hay fechas del calendario donde la vorágine turística es quizá excesiva —por ejemplo, en primavera y verano— y eso está resultando un problema para muchos barceloneses.

Lo cierto es que la ciudad cuenta con muchos reclamos: razones culturales, lúdicas, comerciales, profesionales, médicas, formativas, entre muchas otras. Y eso se evidencia en su tremenda oferta de alojamiento, muy variada también en el precio. En este sentido, aunque es posible encontrar algo por 60 euros, la media de un hotel de cuatro estrellas, que parece ser la fórmula de pernoctación más recurrente, se sitúa en los 198 euros.

En relación con la explotación turística de la ciudad, la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, acaba de impedir la aprobación de nuevas licencias hoteleras con la puesta en marcha del Plan Hotelero, que prohíbe que en la zona céntrica de la ciudad se establezcan nuevos hoteles. Solo admite que en los existentes se acometan reformas.

Esta decisión se alinea con su objetivo de desplazar parte del turismo del centro hacia otras zonas, el cual persigue a través de la campaña ‘Barcelona és molt més’. En esta se invita al turista a hacer salidas de enoturismo por el Penedès o el Priorat, o de termalismo en Caldes d’Estrac, por poner algunos ejemplos.

Más información