‘El puente de los espías’, una película de Steven Spielberg

La butaca

‘El puente de los espías’, una película de Steven Spielberg

Steven Spielberg y Tom Hanks vuelven a trabajar juntos en este homenaje a James Donovan, un abogado neoyorquino que negoció la liberación del piloto Francis Gary Powers en plena Guerra Fría. Tres años después de ‘Lincoln’, Steven Spielberg vuelve a la gran pantalla con otra película que repasa la historia estadounidense, ‘El puente de los espías’. El director pega un salto de casi medio siglo desde el gran reto al que se enfrentó el presidente norteamericano para adentrarse en plena Guerra Fría a través de la figura de James Donovan, un abogado neoyorquino que medió en el intercambio de dos espías capturados.

Para encarnar a Donovan, Spielberg recurre de nuevo a uno de los actores más presentes en su filmografía, Tom Hanks, con el que trabajó en ‘Salvar al soldado Ryan’, ‘Atrápame si puedes’ y ‘La terminal’; mientras que el libreto corre a cargo del guionista televisivo Matt Charman y los hermanos Joel y Ethan Coen, cuya mano se deja ver, sobre todo, en el toque humorístico de la cinta.

Grandes nombres en la dirección, el guión y el reparto para una película ambiciosa que se divide en dos partes: la primera, una historia de abogados en la que el Gobierno de EEUU le encarga a Donovan la defensa de Rudolf Abel (Mark Rylance), un espía ruso descubierto en suelo estadounidense, con el fin de mostrar a su enemigo que su país es más justo; la segunda, un ‘thriller’ de espías en el que el letrado negocia en el Berlín dividido la liberación del piloto norteamericano Francis Gary Powers (Austin Stowell), capturado por las autoridades soviéticas, y la del estudiante Fredrick Pryor (Will Rogers), detenido por la República Democrática Alemana, a cambio de Abel.

Esta dicotomía se refleja en el aspecto visual, con el juego del claroscuro y los distintos tonos. La fotografía y el logrado diseño de producción muestran el ambiente de los dos escenarios, con un EEUU más luminoso y una Alemania más fría y gris levantando el Muro de Berlín.

Pero más allá de bandos, ‘El puente de los espías’ trata sobre la honestidad y la entereza del hombre. Spielberg y los guionistas dibujan a Donovan como una figura firme, un héroe sin capa, cuyos poderes son la integridad y la decisión para hacer lo correcto: ofrece a Abel la mejor defensa, pese a las objeciones de la sociedad estadounidense e incluso de su familia. Entabla una próxima amistad con su defendido, un hombre leal, imperturbable y recto, brillantemente interpretado por Mark Rylance, quien hace del soviético un personaje entrañable y conmovedor.

Rylance protagoniza un sobresaliente prólogo y varias de las escenas más destacadas de ‘El puente de los espías’; sin embargo, aunque Spielberg ofrece varios momentos excepcionales, la cinta va perdiendo fuelle debido a la falta de emoción y de sorpresa. El director peca además de ser en ocasiones demasiado explicativo en un filme que, pese a mostrarse crítico con las actitudes de la diplomacia en ambos bandos, destila cierta parcialidad patriótica.

Lo que no puede negársele a Spielberg es la elegancia de la realización de ‘El puente de los espías’, que respira aire de cine clásico. Tan refinada como los sombreros y abrigos que visten los personajes.

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