El Parnasillo

La cantina

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Café-Bar Hoy seguimos con nuestra ruta por el barrio de Malasaña de Madrid que iniciamos la anterior semana, cuando visitamos el 'Estar Café' y paramos en 'El Parnasillo' en la calle San Andrés, otro café-bar, para hablar y disfrutar de un ambiente tranquilo y peculiar.Sin duda cuando entras en el local te das cuenta de que no es un sitio igual a los demás, es un superviviente de antiguas épocas de largas sobremesas y de concienzudas conversaciones. Si sus paredes hablaran podrían escribirse una infinidad de historias que se han escuchado en cada rincón y en cada mesa del establecimiento.Un café o un gin tonic en 'El Parnasillo' da para mucho, porque te invita a tomártelo con calma, sin prisas. El reloj se para en parte gracias a una decoración que te traslada a otro tiempo en el que se podía fumar en los bares. En sitios como este se echa especialmente de menos (para los fumadores, claro).La distribución de café-bar, también ayuda a sentirse tranquilo, relajado y seguro para contar cualquier secreto o ponerse algo pedante en un conversación profunda sobre el significado de la vida, con las mesas justas por habitación y sin agobios, las orejas extrañas de otras mesas no lograrán entrometerse en tu narración.Un superviviente de la antigua Malasaña, en frente del Teatro Maravillas, para conversar con tus amigos y solucionar los problemas del mundo y los más mundanos.

Café-Bar Hoy seguimos con nuestra ruta por el barrio de Malasaña de Madrid que iniciamos la anterior semana, cuando visitamos el ‘Estar Café’ y paramos en ‘El Parnasillo’ en la calle San Andrés, otro café-bar, para hablar y disfrutar de un ambiente tranquilo y peculiar.

Sin duda cuando entras en el local te das cuenta de que no es un sitio igual a los demás, es un superviviente de antiguas épocas de largas sobremesas y de concienzudas conversaciones. Si sus paredes hablaran podrían escribirse una infinidad de historias que se han escuchado en cada rincón y en cada mesa del establecimiento.

Un café o un gin tonic en ‘El Parnasillo’ da para mucho, porque te invita a tomártelo con calma, sin prisas. El reloj se para en parte gracias a una decoración que te traslada a otro tiempo en el que se podía fumar en los bares. En sitios como este se echa especialmente de menos (para los fumadores, claro).

La distribución de café-bar, también ayuda a sentirse tranquilo, relajado y seguro para contar cualquier secreto o ponerse algo pedante en un conversación profunda sobre el significado de la vida, con las mesas justas por habitación y sin agobios, las orejas extrañas de otras mesas no lograrán entrometerse en tu narración.

Un superviviente de la antigua Malasaña, en frente del Teatro Maravillas, para conversar con tus amigos y solucionar los problemas del mundo y los más mundanos.

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