‘La sombra del actor’, una película de Barry Levinson

La butaca

‘La sombra del actor’, una película de Barry Levinson

La sombra del actor

Al Pacino hace una de sus inolvidables interpretaciones en una cinta arriesgada y sugestiva en lo formal, pero que camina de forma irregular. Robert de Niro, Dustin Hoffman o el desaparecido Robin Williams son algunos de los actores ‘fetiche’ de Barry Levinson, director de ‘Sleepers’, ‘Rain Man’, ‘La cortina de humo’ y ‘Good morning, Vietnam’, entre otras muchas películas. A la lista se ha unido el maestro Al Pacino, al que le brinda unos golosos papeles en sus últimos trabajos.

Su primera colaboración fue en el telefilm para la HBO ‘No conoces a Jack’, por el que el actor se llevó un Globo de Oro. El tándem se ha vuelto a unir, ahora en la gran pantalla, en ‘La sombra del actor’, una cinta sobre un intérprete atormentado en horas bajas que recuerda inevitablemente a ‘Birdman’. Incluso podemos encontrar escenas similares.

En ambas, el protagonista es un actor desencantado que confunde en su vida realidad y ficción. La profesión les supera. Pero mientras el personaje interpretado por Michael Keaton en la ‘oscarizada’ película de Iñárritu busca recuperar la fama perdida, en el caso de la producción de Levinson al veterano actor se le agota la pasión por lo que hace.

Siente que ha perdido su talento, que está vacío, lo que le lleva a una profunda depresión con tendencias suicidas. Pese a ello, no es capaz de escapar del todo de su profesión, pues su confusión mental le impide distinguir cuándo está en escena y cuándo no: observa el mundo como si estuviera todo el rato sobre las tablas de Broadway.

En esta esfera de decadencia, Simon Axler, el prestigioso actor de teatro al que da vida Al Pacino, intenta recuperar la ilusión por la vida en los brazos de una mujer lesbiana mucho más joven que él (Greta Gerwig).

La situación da lugar a una serie de episodios esperpénticos, en los que cuesta identificar la realidad y la alucinación, pues Levinson quiere mostrarnos la perturbación del protagonista a través de la propia forma de la película.

De esta manera, el director es capaz de sorprender en el aspecto estético sin abandonar su estilo personal, pero ofrece una cinta desenfocada e irregular.

Esta recreación visual del caos mental de Axley no es la única extravagancia formal, el realizador le da también al largometraje un toque muy teatral. Basada en la novela ‘La humillación’, de Philip Roth, es una tragicomedia clásica en la que se trata de poner una chispa de gracia a la desgracia mediante al patetismo, la autoparodia y la ironía.

A pesar de estas sugestivas propuestas, la película llega a aburrir y lo que mantiene la historia es la actuación de Pacino. Nos recuerda que es uno de los grandes y, que pese a algún que otro descalabro en los últimos tiempos, está aún en plena forma tras más de cuatro décadas ante la cámara y más de medio centenar de films a sus espaldas. Le acompaña, formando una pareja con inesperada química, la musa del cine ‘indie’ Greta Gerwig.

Así, aunque algunos puntos de la realización y el guión pueden resultar interesantes, ‘La sombra del actor’ gustará básicamente a los admiradores del gigantes de la historia del cine que deslumbró como Michael Corleone. Hace aquí su mejor interpretación en bastante tiempo.

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