Un homenaje a las niñas malas del pop español de los sesenta

Cultura

Un homenaje a las niñas malas del pop español de los sesenta

Chicas

La discográfica madrileña Munster Records edita la segunda parte de su antología con lo mejor de las cantantes femeninas olvidadas de la década prodigiosa. No todas las cantantes femeninas españolas de los sesenta cantaron copla o canciones románticas. O eso asegura Vicente Fabuel, coleccionista, erudito y musicólogo, que acaba de terminar la segunda entrega de ‘¡Chicas!’ , la gran antología de las solistas más particulares del pop femenino español que ha lanzado la discográfica madrileña Munster Records, a través de su sello Vampisoul.

Y para demostrarlo, ha diseñado esta recopilación de auténticas joyas musicales que, de momento, se extiende a lo largo de cuatro discos llenos de sorpresas. Canciones deliciosas, rítmicas y en las que algunas aguerridas cantantes, hoy olvidadas, parecían atreverse con todo lo que se les pusiera por delante. Ya fuera el beat, el garaje, el soul, la psicodelia o la música progresiva.

Fabuel considera en los textos promocionales de la obra que tales maravillas fueron posibles gracias a la coartada que le proporcionó en su momento la moda de lo ye-yé que también se impuso en España, con las particularidades derivadas de la circunstancias políticas del momento marcadas por el franquismo.

Estas heroínas fueron guerreras con minifalda, dispuestas a poner a prueba a una sociedad tradicional y cerrada. Y su música alegre y desenfadada, quizá supuso la primera manifestación perceptible en el país de los nuevos aires de liberación que propiciaban los movimientos feministas en el mundo civilizado.

El musicólogo dice haber pasado horas y horas escuchando discos de la época comprendida entre 1962 y 1974, en busca de esos tesoros escondidos que ahora nos ofrece y que incluyen también algunos temas sorprendentes firmados por las superestrellas de la época como Marisol, Pili y Mili.

Más allá de la nostalgia y de lo entrañable, y a veces ingenuo, que pueden sonar estas canciones en el siglo XXI, hay calidad en los arreglos, atrevimiento en los temas y la posibilidad de establecer un hilo conductor entre las chicas rebeldes de los sesenta y el mejor pop de este momento que, tras unos años de dudas y cantantes anglosajonizantes, parece tener otra vez en cuenta los logros de las generaciones anteriores.

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