Bandera de China
La economía china ofrece una señal de respiro en medio de la incertidumbre global: el IPC, principal termómetro de la inflación en China, subió ligeramente en junio, contradiciendo los pronósticos del mercado. Aunque el aumento es mínimo, representa un giro significativo tras varios meses de descensos, impulsado por políticas gubernamentales dirigidas a reactivar el consumo interno. Sin embargo, la situación sigue siendo compleja, con una presión deflacionaria estructural y un deterioro de las expectativas comerciales por la guerra económica con Estados Unidos.
La Oficina Nacional de Estadística (ONE) anunció que el IPC subió un 0,1% interanual en junio. Este dato revierte la tendencia bajista que se venía observando desde febrero, cuando el índice comenzó una caída que se prolongó durante cuatro meses.
Los analistas habían previsto una nueva caída del 0,03%, tras el descenso del 0,1% en mayo
El repunte refleja el efecto de las medidas del Gobierno para estimular la demanda interna, como apuntó la portavoz de la ONE, Dong Lijuan, quien destacó que las políticas aplicadas “siguieron mostrando resultados en junio”.
A pesar del ligero repunte en los precios al consumidor, la segunda economía del mundo continúa enfrentando una presión deflacionaria persistente. Esta situación se deriva de una demanda interna debilitada, una sobrecapacidad industrial crónica y el impacto de la guerra comercial con EEUU.
La combinación de estos factores limita la capacidad de los productores para reducir inventarios y presiona los márgenes de beneficio
Desde hace meses, las autoridades chinas han insistido en la necesidad de impulsar el consumo doméstico como eje central de la política económica de 2025. Sin embargo, la falta de confianza del consumidor y las tensiones geopolíticas complican ese objetivo.
La ONE también publicó el Índice de Precios a la Producción (IPP), que cayó un 3,6% interanual en junio, acentuando su descenso desde el 3,3% registrado en mayo. Es el nivel más bajo desde julio de 2023 y está cuatro décimas por debajo de las previsiones de los expertos.
La caída del IPP refleja la debilidad del sector industrial, especialmente en industrias exportadoras
Dong Lijuan advirtió que algunas empresas orientadas a la exportación están bajo presión por la incertidumbre comercial global, lo que ha afectado sus expectativas de ventas al exterior y agravado la caída de los precios industriales.
El repunte del IPC puede interpretarse como un pequeño avance para Pekín, pero los indicadores estructurales siguen señalando una economía vulnerable. La combinación de baja demanda interna, un sector manufacturero con exceso de capacidad y una guerra comercial en curso con EEUU configuran un entorno lleno de desafíos.
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