Chemnitz dividida entre marchas xenófobas y contramanifestaciones

Racismo

Chemnitz dividida entre marchas xenófobas y contramanifestaciones

"Hoy, Sajonia y Chemnitz tienen que enviar el mensaje de que nos opondremos a los instigadores de derecha con todos los recursos del Estado de derecho".

Chemnitz

Una multitudinaria marcha xenófoba y una gran contramanifestación se apoderaron hoy de las calles de la ciudad alemana de Chemnitz, que no encuentra paz desde el domingo pasado, cuando un hombre murió acuchillado presuntamente por dos refugiados.

Según datos de la Policía, unas 4.500 personas participaron en la llamada «marcha del silencio» convocada por el partido ultraderechista «Alternativa para Alemania» (AfD) y por el movimiento islamófobo Pegida.

Poco antes, miembros del movimiento de derechas «Pro Chemnitz» efectuaron un recorrido al grito de «Somos el pueblo» y «Fuera Merkel» en rechazo a la política de inmigración de la canciller alemana.

De forma simultánea, unas 3.500 personas se dieron cita en una plaza céntrica de esta ciudad del este alemán y varios centenares se agolparon en las calles aledañas para abogar por una convivencia pacífica y enviar una señal contundente contra el creciente racismo.

«Hoy, Sajonia y Chemnitz tienen que enviar el mensaje de que nos opondremos a los instigadores de derecha con todos los recursos del Estado de derecho», dijo la alcaldesa de la ciudad, la socialdemócrata Barbara Ludwig.

Más de 70 organizaciones sociales llamaron a la sociedad a plantar cara a la xenofobia. Bajo el lema «Corazón en vez de persecución», los colectivos antifascistas salieron a la calle para mostrar que Chemnitz es una ciudad abierta y tolerante con personas de todo el mundo y evitar que se utilice la muerte del joven de 35 años.

Anteriormente, ciudadanos de Chemnitz, empresarios y científicos pegaron junto al gigantesco busto de Karl Marx en el centro de la ciudad un llamamiento a sus conciudadanos a luchar contra el odio y la intolerancia.

La base del monumento al filósofo que dio su nombre a Chemnitz durante la Alemania comunista, Karl-Marx-Stadt, amaneció empapelada con corazones de colores.

La Policía desplegó un amplio operativo con miles de agentes patrullando por las calles, incluidas dotaciones a caballo. La fuerte movilización policial llevó a cancelar el partido de fútbol de segunda división previsto para hoy en la cercana Dresde entre el Dynamo Dresden y el Hamburgo por falta de personal de seguridad.

El 25 de agosto, un alemán de 35 años murió acuchillado durante una fiesta callejera en Chemnitz tras una discusión de la que han trascendido pocos detalles.

Un migrante sirio de 23 años y un iraquí de 22 años fueron detenidos en relación con el hecho, que un día después desató protestas xenófobas en la que manifestantes llegados de toda Alemania corearon consignas nazis y persiguieron en la calle a personas que consideraban migrantes.

La prensa alemana publicó hoy más detalles sobre el sospechoso iraquí, que debió haber sido expulsado en mayo de 2016. Sin embargo, las autoridades de extranjería dejaron expirar el plazo de seis meses por motivos que hasta ahora no son públicos. El semanario «Der Spiegel» precisa que el iraquí usaba dos documentos de identidad falsificados.

El líder de la banda irlandesa de rock U2, Bono, condenó con dureza las manifestaciones racistas. «Esta gente no tiene cabida en Europa ni en este país», dijo el conocido vocalista durante un concierto que ofreció el grupo el viernes por la noche en Berlín.

Durante el show y ante el aplauso del público apareció en una gran pantalla el eslógan «#wirsindmehr» (en alemán «nosotros somos más») bajo el cual varios grupos alemanes, entre ellas la banda de culto de punk rock «Die Toten Hosen» ofrecerán el lunes un concierto gratuito en Chemnitz en repulsa de los episodios xenófobos.

Las protestas se producen al cumplirse el tercer aniversario de la frase de «Lo vamos a lograr» con la que Merkel llamó a sus compatriotas a recibir con los brazos abiertos a los miles de refugiados que llegaban al país huyendo de la guerra y del hambre.

En 2015 entraron casi 900.000 migrantes y más de 722.000 solicitaron asilo. Las cifras de inmigrantes han caído desde entonces debido al cierre de la llamada «ruta de los Balcanes» y al paulatino endurecimiento de las leyes alemanas de migración. En 2017 pidieron asilo en Alemania poco más de 222.000 personas.

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