El primer ministro canadiense, Justin Trudeau (Foto: Europa Press - Contacto - Frank Gunn)
La decisión, que afectará a 30.000 millones de dólares en importaciones, es una represalia por los gravámenes impuestos por la Casa Blanca, los cuales Canadá considera «injustificados».
En una rueda de prensa, Trudeau ha asegurado que su Gobierno no se quedará de brazos cruzados y que defenderá los empleos de los canadienses. Además, ha adelantado que, si Washington no retira en 21 días los aranceles del 10% sobre las importaciones de energía, Canadá responderá con nuevas tarifas a productos estadounidenses valorados en 125.000 millones de dólares.
«Las tarifas de Estados Unidos han entrado en vigor y Canadá tiene que responder. Vamos a demostrar que no hay ganadores en una guerra comercial», afirmó el mandatario
Trudeau también ha dejado claro que el Gobierno canadiense llevará esta disputa ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para desafiar lo que considera «acciones ilegales» de EEUU.
El primer ministro ha advertido sobre las graves consecuencias económicas de esta escalada arancelaria, tanto para Canadá como para EEUU.
«Los estadounidenses van a pagar más por todo. Siempre hemos trabajado mejor juntos, pero el Gobierno estadounidense ha elegido hacerles esto», lamentó.
Trudeau también criticó duramente la postura de Washington en asuntos clave como la crisis del fentanilo, acusando a Trump de «sabotear su propia agenda» al socavar los esfuerzos conjuntos para combatir el tráfico de drogas.
Dirigiéndose directamente a Trump, Trudeau aseguró que no permitirá que Canadá se convierta en un «estado más» dentro de EEUU.
«Nunca vamos a ser el estado 51, pero sí, esta guerra comercial puede provocar daños a nuestra economía. Y ya ha empezado esta mañana», subrayó.
Las medidas de represalia de Canadá llegan en un momento de creciente aislamiento de EEUU en el escenario internacional, con aliados históricos mostrando su rechazo a la política comercial de Trump.
El presidente estadounidense ya ha impuesto aranceles del 25% a productos canadienses y mexicanos, justificándolo como una estrategia para proteger la industria nacional. Sin embargo, la presión internacional y las advertencias de un posible incremento de la inflación podrían afectar la economía estadounidense a corto plazo.
Trudeau ha reiterado que Canadá no dará marcha atrás y que estas medidas son solo el primer paso en la defensa de la economía del país.
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