¿Adiós a la clase media? La pandemia aumenta una desigualdad ya en ascenso desde la crisis financiera

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¿Adiós a la clase media? La pandemia aumenta una desigualdad ya en ascenso desde la crisis financiera

“La situación de la clase media se ha deteriorado, especialmente en lo que respecta a su cuota de riqueza total”, señala Allianz.

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Cuando todavía estaban muy presentes los efectos de la crisis financiera, la pandemia de Covid-19 ha vuelto a sacudir a las sociedades de todo el mundo. Y la pregunta es: ¿se está reduciendo la clase media? Los datos sugieren un panorama heterogéneo, pero las “historias de éxito son escasas”, señalan los expertos de Allianz en un informe. “En la mayoría de los países, la situación de la clase media se ha deteriorado, especialmente en lo que respecta a su cuota de riqueza total”.

De acuerdo con un informe de Allianz, desde 2008, solo tres países han visto mejorar “inequívocamente” la proporción de la riqueza de la clase media: Austria, Países Bajos y Corea del Sur. “El periodo transcurrido desde la Gran Crisis Financiera se considera generalmente como una década en la que la combinación de un débil crecimiento, por un lado, y el florecimiento de los mercados bursátiles e inmobiliarios y las espectaculares transformaciones tecnológicas (palabra clave: digitalización), por otro, condujeron a un aumento de la desigualdad, sobre todo de la riqueza”.

Los analistas de la aseguradora alemana advierten de que la narrativa de la desaparición de la clase media debe ser recibida “con cierta sospecha”, y que los datos, al menos en lo que respecta a los activos financieros netos, sugieren un “panorama más heterogéneo”. Eso sí, “en la mayoría de los países, la situación de la clase media se ha deteriorado, sobre todo en lo que respecta a su participación en la riqueza total. Además, este porcentaje se encuentra en un nivel muy bajo en muchos países, por lo que la situación de la clase media parece precaria”.

En cuanto al impacto de la pandemia, “todavía es demasiado pronto para hacer afirmaciones basadas en datos, pero ya están surgiendo algunas tendencias”. “Es más probable que el impacto directo de Covid-19 haya aumentado la desigualdad en muchos países. Los cierres y las medidas de saneamiento para contener la pandemia han afectado principalmente a los empleos con contacto social directo, como los de la hostelería y otros servicios”, señalan los autores. “Los ingresos en estos puestos suelen estar por debajo de la media, mientras que el número de mujeres y jóvenes que trabajan en ellos es superior a la media. En cambio, el trabajo en casa es principalmente un privilegio de los empleados con buena formación y altos ingresos”.

Sin embargo, “el panorama se vuelve aún más complejo cuando se tienen en cuenta las (muy) generosas ayudas públicas”, avisan los expertos. En algunos casos, “esto no sólo estabilizó los ingresos, sino que llevó a una sobrecompensación y, por tanto, a un aumento de los ingresos de los afectados, del que se beneficiaron sobre todo los sectores más pobres de la población”. El problema es que “esta situación tendrá una duración limitada. Con la expiración de las ayudas estatales, los efectos directos de la crisis -la pérdida de millones de puestos de trabajo- volverán a hacerse sentir”.

Pero, sobre todo, hay otra vía de impacto que preocupa, apunta Allianz: “el Covid-19 provocó un importante deterioro de la educación”. “Las consecuencias -que van desde importantes lagunas de conocimiento hasta el abandono escolar- afectarán sobre todo a las clases menos instruidas, donde hay una falta de educación y de recursos (financieros) para compensar las carencias de instrucción”.

“De cara al futuro, es probable que el impacto directo de Covid-19 haya aumentado la desigualdad en muchos países, pero las generosas ayudas estatales pueden haber amortiguado el golpe. La mayor preocupación serán las consecuencias de la alteración de la educación, que podría afianzar aún más la inmovilidad social”, concluyen los expertos.

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