Señor presidente de la Federación Rusa, asombra el travestismo de la escena internacional, su señoría aparece como ejemplo de solvencia, habla de manera responsable, actúa de modo ponderado y sólo amenaza a sus propios conciudadanos, mientras que Trump, a quien que aupó a la presidencia, crea incertidumbre, se entrega irresponsable al cultivo del twit, abandona el acuerdo del cambio climático, levanta muros, perturba el comercio, desaira a los aliados y ejerce venganzas vergonzosas contra los periodistas. ¿Podría Vladimir hacer algo en Hamburgo para que recuperemos a Donald?
“Las renuncias cotidianas son un fenómeno extendido”, afirma en un informe titulado ‘Vivir la desigualdad’, en el que señala que el año pasado más…