“Premier” austero

Opinión

“Premier” austero

Habrá quien no se lo crea del todo y habrá quien se eche las manos a la cabeza, entre usted y yo con cierta razón, porque… Llegar a primer ministro del Reino Unido de la Gran Bretaña, con los codazos que hay que dar para conseguirlo, y luego viajar por el mundo en turista, sin espacio para poder abrir un periódico, tan amplios como son los diarios ingleses, ni estirar las piernas, no sé si merece la pena en cuanto a disfrute del poder, claro, no escribo de la voluntad de servicio que se tenga, que imagino será mucha y muy generosa.

Pero David Cameron y su mujer parecen estar convencidos de que sí, de que toca apretarse el cinturón a todo quisque, y ni cortos ni perezosos acaban de darnos un buen ejemplo de austeridad que, eso sí, a las aerolíneas las horrorizará del mismo modo que a los parados les entusiasmará.

Mientras los señores eurodiputados votaban en masa en Bruselas mantener el privilegio de volar en primera clase, ellos se han venido a Granada de vacaciones en clase económica, y ni siquiera en su compañía de bandera, sino en una de de las llamadas de bajo coste, de esas que si nos apuramos nos cobran un suplemento por utilizar los aseos de la cabina. Un buen ejemplo, sí, para la austeridad que la crisis económica nos impone a todos, aunque en la práctica a unos con mayor éxito que a otros. Hay que mirar por el dinero del contribuyente, pontifica la buena gobernanza, si bien es verdad que no siempre con el mejor eco.

Los conservadores y económicamente bien situados David Cameron y su mujer, con un empleo precario pero de momento bien remunerado, han sido este fin de semana pasado unos turistas más en su visita a la Alambra y en su recorrido por el Albaicín, sólo que sin mochila, y para que no hubiese dudas sobre su propósito de ahorrar, se han alojado en un hotel de tres estrellas.

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