En una rueda de prensa celebrada en Nueva York a primera hora de la tarde, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha salido al paso de las duras criticas acumuladas hoy por sus opciones de política económica y la indefinición que persiste en el esquema de subidas de impuestos que planea aprobar el Ejecutivo. Zapatero ha dicho que «el mayor esfuerzo fiscal será realizado por las rentas altas» y que «los detalles de la reforma se conocerán el sábado».
El descontento de muchos sectores, y algunos socialistas, contra la política económica del Gobierno español ha aflorado hoy desde varios frentes. Lo que ha convertido la jornada en un verdadero ‘via crucis’ para la vicepresidente y ministra de Economía Elena Salgado que, junto con Manuel Chaves, ostentan ahora la responsabilidad del poder, con Zapatero en EEUU, De la Vega hospitalizada y una sesión de control parlamentario que se preveía dura. En este contexto. Dos antiguos altos cargos del PSOE se han sumado a las voces críticas contra la reforma fiscal que prepara el Ejecutivo y que aún no ha sido capaz de concretar.
En concreto, Carlos Solchaga, ex ministro de Economía, aseguró hoy que es «casi imposible» ingresar 15.000 millones de euros más con la subida de impuestos anunciada por el Gobierno y, que «tendrá que hacer algo más» que las rebajas fiscales anunciadas para incrementar la recaudación, a lo que añadió que «el lugar donde tienen que buscar agua en el pozo es en el IVA». Aún así, admitió que la política que está siguiendo el Ejecutivo «es la correcta» y que el problema es que «no está servida de la mejor manera».
Solchaga, pese a que reconoció que este impuesto incomoda tanto a sindicatos, como a empresarios, defendió que en caso de necesidad es acertado subirlo «aunque dentro de ciertos límites» que no precisó.
Por ejemplo, Solchaga apuntó que «es una desgracia que tengan un problema de discusión sobre los impuestos cuando aún no se ha tomado ninguna decisión y que hablen de una cantidad importante de ingresos que nunca van a poder recaudar». Pese a esto, Solchaga consideró que el Gobierno «va en el buen camino», pues «está aprovechando los márgenes de los que dispone» y, se mostró contrario, no obstante, a todos aquellos que demandan reformas estructurales para salir de la crisis.
También se refirió a la situación de la economía española y avanzó que la probabilidad de que acabe el año con tasas de crecimiento positivas es «bastante elevada». Así, sostuvo que España saldrá de la crisis en la misma posición en la que entró en relación al resto de los países de Europa, «como un convoy», y que «las diferencias con estos países serán pequeñas».
El ex ministro consideró que es pronto para valorar el actual equipo económico del Gobierno y consideró que el debate de los Presupuestos para 2010 será su «prueba de fuego».
También se sumó Joaquín Leguina a las críticas. El ex diputado socialista advirtió al Gobierno, en un artículo de opinión en el diario El País de la «necesidad» de llevar a cabo «una reforma fiscal completa», y puso como ejemplo la subida de impuestos a los «ricos». Pero para Leguina, los ricos no son aquellos que cobran más de 50.000 euros a través del IRPF, sino, «los ejecutivos que ganan unos sueldos escandalosos, que suelen multiplicar por 1.000 el salario mínimo».
Según Leguina «A partir de 4 millones de euros anuales se les podría aplicar un tipo del 50%, impidiendo, además, que la empresa pueda deducir como gasto ese exceso de generosidad laboral». «Si uno de esos directivos ingresara 10 millones de euros anuales, el Estado recaudaría directamente 4.720.000 euros, además de 1.800.00 a través del Impuesto de Sociedades, al no ser deducible el pago salarial por encima de los 4 millones», explica.
Otra de las voces que han sonado hoy en contra del Ejecutivo central ha sido la de Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB). Martín aseguró que la contracción actual de nuestra economía y las «fúnebres» previsiones configuran «un escenario peligroso», ya que se cree que sólo España y Holanda permanecerán en negativo a finales de 2009, y que sólo España decrecerá en los últimos tres meses del año.
Todas estas críticas que han invadido los medios hoy, se producen en una situación bastante comprometida para el Gobierno. El viaje a EEUU de Zapatero, y la ausencia por una operación de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que es la encargada habitual para hacer frente a las críticas del Congreso, han hecho que tenga que ser la ministra de Economía y vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, la que haya tenido que plantar cara ante las embestidas de la oposición y el resto de grupos.
Además, a esto se une la diferencia horaria que tiene que manejar el presidente del Gobierno. Las seis horas que separan el continente americano del europeo hacen que Zapatero no pueda responder a las críticas que su equipo ha recibido a lo largo de hoy. Esto ha dejado completamente sola a Salgado para responder ante las fuerzas políticas y los medios en este día de difícil panorama para el Ejecutivo.
A estas críticas hay que unir que, según El País, el segundo intento de pacto de izquierdas entre IU, ICV y el PSOE sobre la fiscalidad de las Sicavs se vio ayer truncado por una llamada desde el Ministerio de Economía. El diario asegura que las posibilidades de que este acuerdo llegue a buen puerto han quedado “prácticamente paralizadas.
Además, en la sesión de Control al Gobierno celebrada hoy en el Congreso, con un importante absentismo de diputados, la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, aseguró que los “ajustes fiscales” que prepara el Gobierno “revertirán en beneficio de los trabajadores a través de nuevas prestaciones sociales y nuevos impulsos” a la actividad, según Europa Press.
Así, aseguró que los Presupuestos Generales del Estado para el 2010 estarán caracterizados por la «austeridad» de la Administración, y aprovechó para pedir un «esfuerzo similar» a las comunidades autonómas gobernadas por el Partido Popular. Salgado contestó así a la pregunta del diputado del PP Ramón Aguirre, quién le reprochó el «rechazo, incluso entre las filas socialistas» a la subida de impuestos «estéril» y «deshonesta» ante el «excesivo» déficit de las cuentas públicas.
«No les quepa ninguna duda que los Presupuestos para el 2010 son los que nuestra economía necesita», terminó Salgado.
